En pos de concretar una búsqueda sentimental y personal, una poderosa y sabia dragona viaja a nuestro mundo. Sin embargo cae en las afueras de una de las ciudades más peligrosas de Norteamérica, si no es que la más; Detroit, Michigan...
Pero no esta...
Tras haber tomado en brazos a Elton la dragona comenzó a volar en dirección al cielo nocturno, ignorante de los tres disparos del arma de Oliver, los cuales fueron perfectamente bloqueados por sus escamas.
—¡Oliver casi me das a mi! — Gritó a todo pulmón el peli azul, quien no se había dado cuenta de las escamas en su rostro y los ojos azules ahora rasgados que tenía. Además de unos pequeños cuernos que le salieron en la frente.
—No estás en peligro, pequeño — Le dijo con calma aquella mujer dragón. No parecía tener las avaras intenciones de aquellos de su misma especie. O tal vez si...
—¡¿No estoy en peligro?! ¡¿Y por qué me estás llevando?! ¿Acaso me vas a comer? ¿A secuestrar? ¿Me vas a vol- ¡WOWOWOWOW! — Se llevó otro enorme susto, pues la bestia lo había agarrado con su cola para así arrojarlo hacia arriba.
Justo cuando el chico había comenzado a precipitarse este había caído en lo que parecía ser un enorme y escamoso lomo. Las escamas eran de un color plateado hermoso (Aunque quien está leyendo y votando en esta historia lo es más)
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Elton, cuando recobró algo de calma, pudo ver en lo que había caído; En una dragona de considerable tamaño, la cual aleteaba sus alas rumbo hacia el cielo nocturno. Las estrellas eran visibles, pues estaban lejos de la gran iluminación artificial que daba la ciudad de Detroit.
—Soy Iris — Se introdujo la criatura alada, como si volar y lanzar por ahí a gente que recién raptó fuera algo común.
—E-E-Elton... — Se introdujo con algo de miedo en su voz. Nunca había volado, y menos a lomos de una criatura supuestamente inexistente.
—Necesito encontrar al otro — Le dijo al peliazul. Ya estaban volando sobre las nubes, dejando a la vista nada mas que el cielo estrellado y la luna en su estado cuarto menguante.
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—¿Por qué tienes que ver a AJ, para empezar?
—Él es alguien como tú, Elton. Además... No. No estoy lista para hablar de eso — Dijo, aunque por un momento su tono pasó a ser uno de tristeza.
