— Satoru... ¿Qué estas haciendo aquí?— al abrir la puerta de su habitación, Yuuji sintió como alguien se lanzaba sobre él, observando mejor pudo ver al peli blanco.
— Yuuji... lo lamento mucho.— dejó salir, bajando sus orejas, aferrándose con fuerza al cuerpo del menor.— Vine de inmediato apenas me enteré de lo que paso.— sus ojos estaban cristalinos.
— ¿Tu madre sabe qué estás aquí?— cuestionó, ambos permanecían inmóviles bajo el marco de la puerta.
— Me escape... — susurro, desviando su vista del contrario para evitar el contacto.
— No deberías haberlo hecho, tú madre podría preocuparse.— lo interrumpieron.
— Eso es lo de menos... ¡¿Cómo podría quedarme en ese horrible lugar, sabiendo que ella se atrevió a golpear tu rostro?!— grito.— Nunca se ha preocupado... solo le interesa sacar provecho de mi, siempre fue así.— murmuro ahora.
Yuuji sentía un nudo en la garganta, Satoru no mentía.
Aquella tarde en la que visitó su casa, una mujer que era parte de la servidumbre le abrió paso al interior de la residencia, el lugar era muy silencioso, aunque estaba rodeado por guardias en todos lados. Al llegar a la sala de estar, el peli rosa aguardo solo un par de minutos, antes de que la imponente mujer llegará.
El menor apenas la vio, saludo amablemente, pero no obtuvo el mismo trato.
" ¿Qué haces aquí"
Fue lo primero que escucho salir de sus labios.
Los nervios invadieron su cuerpo, pero no dudó al responder." Vine aquí para ver a Satoru."
El ceño de la mujer se frunció, mostrando su molestia.
" Él no se encuentra disponible para recibir visitas."
" Solo serán unos minutos, no le haré perder más el tiempo, quisiera saber si esta bien."
" Muchacho insolente."
Le dio el primer golpe en su mejilla, a lo que Yuuji solo sostuvo la mirada firme, dolió, claro que lo hizo, pero no sería débil en un momento importante como ese.
" ¿Cómo te atreves a venir frente a mi, pidiendo algo como eso? Cuando tú no eres nadie."
Es sus ojos se veía el desprecio, no sólo por ser de una clase interior, sino también por sus rasgos completamente humanos.
" No me pienso mover de aquí hasta que él me pida que me vaya."
El segundo golpe llegó, esta vez en el lado contrario.
" No voy a permitir que algo así suceda"... comenzó alejarse de ahí. " Seguridad, saquen la basura de aquí ".
De inmediato varios hombre grandes entraron a la habitación, tomando a Yuuji de forma violenta, mientras él se removida inquieto, tratando de librarse, pero fue inútil, lo arrojaron a la calle, no sin antes dar unos golpes más en su estómago para que se quedara quieto.
Tres días después, ahí se encontraban.
— Satoru...— no sabía que decir, recordar aquello era incómodo.
El cuerpo aún le dolía un poco, pero no se lo diría, sabía que lo haría sentir peor.
— Me tuvo encerrado en mi habitación con una hembra en celo mucho mayor que yo, su aroma era tan intenso que me asqueaba.— sus lágrimas comenzaban a salir.— Solo quería salir de ahí y volver contigo.— hablo con su voz quebradiza.
Al verlo en ese estado, Yuuji no pudo evitar llorar también, abrazando con todas sus fuerzas al mayor.
Se estaban re-encontrando, pero no de la forma en la que ellos habrían deseado.
Un par de minutos después ya se encontraban sobre la cama, escondidos bajo las sábanas, abrazándose el uno al otro, brindándose el consuelo que tanto buscaban.
— ¿Aun te duele?— Satoru cuestionó en voz baja, frotando su mejilla.
— Ahora ya no, solo fue momentáneo.— respondió de inmediato.
— Lamento que haya hecho algo así...— se removió inquieto.— No entiendo, ¿A qué vino ella aquí?— no conocía todos los detalles.
— De hecho, fui yo quien la busco.— estaba nervioso.— Fui a tu casa a buscarte, estaba preocupado.— mencionó.
— ¿Cómo?— se alejó un poco para ver su rostro.
— Cuando no supe nada de ti, me arme de valor, necesitaba respuestas... Geto-senpai me dijo que tu madre era alguien difícil, no creí que fuera tan cierto.— desvío la mirada.
Satoru se maldecía por dentro, no porque los secretos de su vida hayan llegado a oídos del peli rosa, sino por la forma en la que su familia se comportaba, creyéndose superiores.
Quería huir de todo eso, llevarse a Yuuji consigo y no volver, pero era ridículo, aun eran jóvenes, y el menor tenía familia, a la cual quería mucho.Hubo silencio.
— Gojo-senpai.— recordaba las formalidades.— ¿Puedo preguntar cómo te enteraste de lo que hizo? ¿Cómo lograste salir?— se abrazaron de nuevo.
— Ella fue a mi habitación por la noche y me dijo que alguien muy insolente quiso saber de mi, pero que lo puso en su lugar, le pregunte quien era, pero me dijo que no conocía su nombre, solo mencionó que era un chico de cabellos rosados.— de hecho, su madre utilizó un lenguaje mucho más vulgar, pero no le diría.— En cuanto se fue, me moleste demasiado, así que rompí el vidrio de la ventana y sali, bajando por un árbol.— en realidad, tuvo que dar un par de saltos para llegar a las ramas más altas, estando en un tercer piso, la vegetación no llegaba aún.
— ¿Qué harás si viene a buscarte? Ya debe haber notado tu ausencia.— le preocupaba un poco.
— Aun no lo sé.— quería llorar de nuevo, nunca pensó ser tan sentimental, cuando siempre actuaba arrogante.
— No te preocupes, ahora que estamos juntos no planeó dejarte solo de nuevo.— beso su frente.
En la oscuridad de la habitación, Yuuji se prometió a sí mismo ser el apoyo de Satoru, yendo contra cualquiera. No dejaría que alguien se aprovechará de él, ni siquiera su propia familia.
— Mi señora, hemos encontrado al amo Satoru. Esta en la preparatoria.— un hombre alto de cabellera negra hacia una reverencia, revelando la información que la fémina solicitó horas antes.
Al ver vacía la habitación del peli blanco, ordenó su búsqueda por toda la cuidad.
— Así que huyó de nuevo con ese chico.— chasqueo la lengua.
— ¿Desea que lo traígamos de vuelta?— pregunto.
— No será necesario... en su lugar, llama a Megumi, dale mis saludos y dile que me gustaría verlo aquí mañana.— suspiro.
Alguien más le haría el trabajo.
~ To be continued.
🌸 Instintos del corazón " [GoYuu] [Híbridos] 🌸
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Mi Leopardo de las Nieves [GoYuu] [Hibridos]
FanfictionEn un mundo donde los híbridos representan un pequeño porcentaje de la población, Itadori Yūji tuvo la rara fortuna de ser cazado por uno. Luego de conocerse, ambos deciden que es buena idea formalizar su relación amorosa; sin embargo, los problema...