Estoy desnudo en una celda.

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Santiago: Estoy desnudo en una celda 😨. Me cae un balde de agua fría que me quema la piel... el teniente me escupe, me da varios garrotazos y me grita muy cerca al oído... ¡Enfermo! ¡Enfermo! 😑 Pareciera que le excita la violencia... yo no pronuncio ni una sola palabra mientras él repite: ¡Enfermo! Nada nuevo para mi...

Caímos en medio de una redada. Esa noche era una de esas noches verdes 😈, el carnet era el pase de entrada, allí dentro todos éramos iguales, sin rangos, sin medallas, sin uniformes... solo nuestras pieles a la intemperie del placer. La noche prometía la ruleta rusa, ¿cuál será mi record de la noche? La última vez fueron doce 🤤, esta vez nada de latex: todo a pelo. Me transformo y dejo de ser un hombre para convertirme en una máquina contenedora, un juguete, un depósito de semen. 💦

Los activos se hicieron en círculo y los pasivos quedamos en el centro, la música como un ditirambo nos transportaba en un trance 🔥 para bailar al interior de ese círculo de hombres hambrientos, hasta detenerse. ¡Silencio! Todos quedamos quietos por un instante y luego empezaba la diversión 😈, los activos agarraban la pareja que quedó justo enfrente de ellos para embestirnos. Todos sabíamos que solo uno de nosotros en la fiesta era positivo 🩸 y eso le daba más emoción: el anonimato, el riesgo y la intriga. 😛

Estuve toda la madrugada recibiendo baldes de agua helada, golpes e insultos. 😵‍💫 ¿Que había de ilícito? Compartir el amor por nuestros cuerpos y saciarnos como un ejército que arriesga su vida por el placer del otro, era nuestra consigna. Pocas horas antes estábamos disfrutando los unos de los otros 🍑, haciéndonos un poco más felices, más libres y ahora nos encontrábamos vulnerables y sometidos por el odio que ese homófobo teniente se tenía así mismo y a todos. ¿No se le dilataban las pupilas cada vez que sentía a uno de nosotros dentro? Le replicamos ¿No sentía la misma vergüenza cuando usted estaba allí expulsando todo el deleite que le producimos? 😤 Insistimos... ¿No es mejor estar allá al calor de nuestros deseos que aquí al frío de sus miedos?

Siento un bolillazo en la cabeza ¡Qué asco! Me sigue gritando, me hierve la sangre 🤬 y le respondo: ¡pobrecito de usted! El miedo que se tiene así mismo no se lo deseo a nadie, debe ser muy jodido negarse todo el tiempo, usted sabe que tenernos encerrados aquí es ilegal, que disfrutar de comernos los huevos como queramos no es un delito 👅, solo quiere castigarnos y purgar su homosexualidad reprimida. El teniente no pudo contener el nudo en la garganta que le producía lagrimear los ojos...🥺 todo quedó en silencio, ya estaba amaneciendo y muchos debíamos ir a formar, entonces pudimos salir.

Esa noche sin duda quedó marcada en todos nosotros, llegamos al punto más álgido y desbordado del éxtasis 👄, por un momento fuimos una masa de sexos envueltos en una gran bacanal. Nuestros cuerpos disparaban chorros 💦 que bañaban nuestras afugias y sellaban un pacto de vida que solo nosotros sabíamos cómo vivir. Mi propio récord fue superado y llegué a los quince 🍆. Al otro día sabíamos que algunos de nosotros íbamos ser positivos pero no teníamos miedo, todo iba a estar bien 💊 siempre y cuando las noches nos siguieran reuniendo para compartir nuestras soledades... Y lo volvimos hacer, una noche más, esta vez abrazamos al teniente y a sus miedos y convertimos esa celda clandestina y cruel en el punto de encuentro para exhortar a que nuestras culpas fueran convertidas en el vigor para resistir ante los miedos ajenos. 🙌🏾

Martirio: historia de un placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora