El ciclo del hijo del alma.

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Silencioso, sin aviso y sin ruido, simplemente nace del alma de forma espontánea... y crece, extendiendo sus ramas al cielo, a veces marchita, se encoge y desaparece, pero siempre queda algo, una oportunidad, aun que ni siquiera tu mismo la veas. Siempre es perceptible, por lo menos por terceros y cuando alguno notara la posibilidad, el otro cedería de inmediato, a veces ni siquiera ocupa plantearse la posibilidad, si no que con solo la mera mención, el amor vuelve a crecer y te das cuenta que nunca nada se fue.

El ultimo humano sobre la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora