¡No puedo amarte!.. No puedo permitirme amarte... ¡Estaría traicionado a mi esposa, a mi hija, a mi familia!..
Me he alejado de la esencia misma de lo que alguna vez fui... una sombra solitaria en el vacío de mi propio desamor.
No necesito amor para...
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El padre de Charlie no dudo en seguirlos en su camino al hotel, había sido un día largo y exhaustivo para los socios o por lo menos para la heredera Morningstar, ella podría llegar a tener una gran energía, pero sus mejillas ya le dolían mucho por tanto sonreír ¿Cómo es que Alastor nunca se cansa de tanto sonreír? ¡Ah! Si... Alastor, Charlie estaba tan feliz con él y la aparente suerte que traía. Cada que se acercaban a su destino, la conversación entre los familiares se volvía una escena bonita de presenciar, claro, si es que fuera un lugar normal y ambos no sean los soberanos del infierno.
—Me hace feliz que mi princesita esté tan alegre. —Le hizo una seña con sus manos, algo que hacía hace muchos años para poder felicitarle a su "propia manera" a su querida hija, con una gran alegría ella se agachó un poco, Lucifer la tomo por la mejilla jalándola levemente y sin intenciones de causarle algún daño.
—Jajaja... Papá... —Volvió a su compostura, tocándose ese moflete que tiraron, extraño tanto eso.
Cada paso imponía respeto en los pecadores que pasaban, su tranquilidad se volvía en miedo instantáneo, ¿al ver a Lucifer, Charlie? Ambos no imponían mucho respeto, bueno, sí, al menos Lucifer sí; sin embargo, el que más era temido era el demonio de la radio, muchos aún recordaban esos gritos en las radios. Alastor no necesitaba matarlos ahora, su centro de atención era hacia ese ángel, no le quitaba los ojos de encima y al parecer él lo notó, volteo su cabeza con una sonrisa.
—¡Parece que también debo felicitarte! —Esa sonrisa en su rostro podría describirse entre cómica y rabia, alzaba una de sus manos, mostrando sus uñas de manera amenazante.
—¡Jaja! No. —Rechazo directamente.
—Malagradecido. —Giro su cabeza hacia el frente, alineándola con su cuerpo. Esa sonrisa que había demostrado se desvaneció, generando una mueca de molestia en su cara.
Después de ese cruce de palabras, el trío se guardó en un silencio algo incómodo. Charlie notó esto con una gran facilidad, ¡Vaggie tenía razón! Ellos se llevan terrible y aunque ella ya lo había notado, ahora se confirmaba, cada que ellos dos hablan, la atmosfera se vuelve pesada.
—Amor, tu papá y Alastor se llevan ¡Terrible! Te lo aseguro, si se siguen mirando con esas caras de odio, espantarán a todos los que vengan...
—Alastor y papá tienen que llevarse mejor, ¡tienen que dar el ejemplo! —Pensó, determinada en mejorar la relación de ambos.
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