Menudo

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— Estoy aterrado — dijo Yuki saliendo del sanitario.

Después de esa conversación los tres salieron despavoridos al baño, para su suerte estaba uno justo al frente, pero Charles y Pierre fueron más rápidos, dejando a Yuki hasta el final.

— ¿En qué estábamos pensando cuando aceptamos esto? — Gasly estaba entre llorar o no.

Pues analizando la situación más a fondo estaban con un completo desconocido que los acogió en su casa sin saber nada de ellos, les trato bien, incluso platico un momento con él y le ofreció cafe, antes de que despertaran los demás. Se habia creido su falsa amabilidad hasta que Charles indagó de más, que ya dudaba de sí saldrían vivos.

Por su parte Charles se mentalizo estar en calma, confiaba en que alguno de sus amigos o sus familiares notaría que no estaban y los buscarían.

— No lo se, pero lo que si se, es que debemos actuar normal, tal vez podamos pedir su ayuda, ya saben, para volver... — dijo el monegasco.

— Charles que el tipo este guapo no quiere decir que sea buena persona — le recordó Pierre.

— Es cierto, no sabemos quien es o ¡qué pueda hacernos! — Tsunoda le tomo de los hombros — ¡¿Ya viste allá afuera?!

El monegasco nego.

— Hay gente armada, ¡armada Charles! — le sarandeo — ¿Dime si confiarías en alguien que tiene eso afuera de su casa?

— ¡Ay tranquilízate! — se soltó del agarré — Pues no, no confiaría, pero quien confiaría en unos tipos que llegan de la nada en un Jet a tu casa ¡¿Tu confiarías en ellos?!

— Si lo miras así, pues no — Leclerc le vio obvio.

— El bonito tiene razón — los tres se asustaron — solo estoy tomando precauciones.

— ¿Me dijo bonito? — le susurro a Gasly y este solo le dio un golpe para que no se distrajera.

— El almuerzo se enfría — hizo un gesto con la cabeza para que le siguieran.

Los tres con el corazón a mil no rechistaron y le siguieron. A Tsunoda le temblaban las rodillas, Gasly iba rezando más rápido que señora en rosario y Leclerc estaba entre alagado y asustado pues si le parecía bonito al hombre guapo que iba al frente probablemente no le haría daño, pero quien sabe podía hacerle otras cosas.

Llegaron al gran comedor que podía albergar al doble de la parrilla, en la gran mesa estaban ya puestos los cubiertos y los platos bien servidos, aun estaban calientes pues les salía vapor con un delicioso aroma.

— Siéntense donde gusten — les ofreció.

Con duda y temor se sentaron de tal manera, Gasly a la derecha y los otros a la izquierda, quedando a los costados el hombre.

— ¿Donde esta Ocon? — le dijo con la mirada Charles a Pierre.

Ni idea — le respondió levantando los hombros.

El hombre no era tan pesado, era de una complexión mediana, era alto, con una musculatura definida pues la camisa que llevaba no dejaba mucho a la imaginación; tal vez eran sus músculos tan pesados que al sentarse hizo un ruido tan estrepitoso.

— Pueden comer lo que gusten — dijo con una sonrisa — el menudo es mi favorito, pero si no pueden comerlo les mandare a hacer otra cosa.

Gasly y Leclerc estaban dudosos, el hombre no comia a pesar de tener el plato al frente. Su mente les decía que tal vez estaba envenenado o que podían volver a tener reacciones como las de en la madrugada.

¿𝘘𝘶𝘦 𝘩𝘰𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘯? ¿𝘘𝘶𝘦 𝘧𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘰? | #2 F1 AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora