Dos tortuosas semanas pasaron desde que Jungkook y Taehyung habían discutido por primera vez, dos largas semanas en las que no se habían visto en lo absoluto y tampoco habían hablado.Ambos se mantuvieron totalmente alejados entre sí mientras la pelea y las palabras que se dijeron se reproducían constantemente en sus cabezas cómo una mala película, llenándolos de la amarga sensación de culpa y arrepentimiento.
Tae durante ese tiempo había salido con Jimin a múltiples sitios para tratar de despejar su mente y pensar bien las cosas con respecto a su relación con Jungkook, aunque siempre terminaba en el mismo lugar, con la imagen de él y Jungkook gritandose.
No le gustaba para nada aquello. Extrañaba a Jungkook y de eso no tenía dudas, lo que aquél hombre provocaba en él era indescriptible, lo hacía brillar cuál esmeralda y encendía su alma, volviéndolo salvaje cómo el mar en días de tormenta, ningún chico lo había hecho sentirse así, ni si quiera durante el sexo.
Jungkook lo hacía sentirse hermoso, querido y deseado.
Estando en sus brazos sentía que podía tenerlo todo. No sabía si eran sus ojos azules o sus tatuajes decorando su piel los que lo orillaban a estar de esa forma. Jungkook era el hombre con el que Taehyung siempre había soñado desde muy chiquito, lo tenía tan encandilado desde que en aquel bar vió su rostro por primera vez que ahora no tenerlo se había convertido en un verdadero martirio.
Extrañaba su delicado toque sobre su piel, su voz, sus ojos, sus mimos, su presencia. Taehyung había caído completamente sin si quiera notar el momento en el que ya no habría remedio o cura para lo que sentía, Jungkook lo llevaba a conocer el cielo cada que lo tocaba y estar peleados era como estar en el infierno pero ambos eran testarudos.
Justo ahora era algo tarde y Tae no podía lograr conciliar el sueño, dió un par de vueltas sobre su cama pero era totalmente inútil, no podía dormir.
Frustrado consigo mismo decidió revisar sus redes sociales pero a los minutos se aburrió y su lado más masoquista pidió revisar su galería a sabiendas de que la aplicación estaba repleta de fotos con Jungkook que había tomado a lo largo de su relación.
Siempre queriendo capturar los momentos tan hermosos que hacían arder su alma en llamas.
Mientras revisaba las fotografías, se detenía por largos segundos a admirar cada diminuto detalle en ellas que incluso había perdido la noción del tiempo y ya no tenía idea de la hora, aunque ya no importaba tanto si se lo preguntaban, no cuando sus ojos por fin comenzaban a tener esa sensación de pesadez gracias a la dulce tranquilidad que llenó su cuerpo y su corazón después de revisar un poco en su celular aquellos momentos que quedaron cauterizados en su cerebro cómo un lindo tatuaje.
Tal vez fue el sueño que comenzó a envolverlo o las fuertes ganas que tenía de arreglar la cosas con Jungkook después de darse cuenta que a pesar de sentirse inseguro consigo mismo, lo amaba y no estaba dispuesto a dejarlo, no cuando estaba seguro que no encontraría a alguien que lo llene cómo Jungkook lo hace.
De todas formas no estaba arrepentido de pedirle tiempo, esas dos tortuosas semanas las había utilizado para enfocarse completamente en sí mismo y analizar lo que en verdad quería, llegando siempre a la misma conclusión: Jungkook.
Todo se resumía en ellos, se trataba de ambos estando juntos. Taehyung era tan de Jungkook y Jungkook tan de Taehyung que a pesar de todo seguirían enamorándose todos los días que incluso tal vez nunca volverían a ser de ellos mismos porque ninguno recordaba cómo eran las cosas antes de pertenecerse.
Sin pensarlo demás, entró al chat que tenía con Jungkook y todo se sintió correcto al hacerlo.
"¿Podemos hablar mañana? Te extraño"
ESTÁS LEYENDO
be my daddy | kooktae♡
Fiksi Penggemar❝Jungkook, un famoso empresario coreano que busca agregarle una pizca de diversión a su monótona vida llena de contratos, reuniones y viajes de negocios, así que una noche decide ir a un bar a las afueras de Seúl junto a uno de sus amigos, sin esper...