¡Ay, No! [SailubPon]

1. Sailub

"Ay, no" Fue lo único que podía pensar en ese momento, acababa de quitar la goma de mascar del pantalón de Topten, algunos de los chichos gustaba de hacer bromas como esta. Realmente asqueroso ¿Verdad? Ya atrapare a ese bribón. Así, cierto. Estaba en ¡Ay, no!  Ese omega de ojos grandes me miraba como si quisiera matarme. Con sus ojitos brillosos y su delgado cuerpo temblando. Mi lobo por instinto quiso ir a consolarlo. Pero, mi parte humana realmente dudo un momento. Pon, así se llama el preciso Omega que me mira de manera intensa.

"Besarlo y consolar" gruñó la bestia en mi cabeza. Uh, uh, a la orden.

— Alan — Topten, llamo a mi derecha.

— ¿Sí? — me resistí voltear a ver a Topten . Mi instinto me gritaba que no desperdiciará ningún segundo para estar con Pon.

— ¿Él es tu omega? ¿Por qué no se acerca?

— Mmm no lo sé, ahora vuelvo. Los presentaré para la cena.

— Sí, por favor. No quiero conocerlo estando lleno de grasa y peor este mameluco quedó un desastre.

— Sí, lo siento. — Asome un sonrisa y le palme el hombro.

Camine de la manera más tranquila mientras desabotonaba la parte superior del mameluco quedando con una camiseta blanca. Deseaba que así fuera el aura de Pon en ese momento.

— Bebé — lo acerque de los hombros y bese sus labios — ¿Cómo estás?  — me aparte al no recibir una respuesta de su parte, mi sonrisa flaqueo al ver sus lágrimas bajar por su rostro. — Mi niño ¿Qué pasa?

Intenté limpiar sus lágrimas, pero me sorprendió al apartarme de un empujón.

"Abrazar y consolar" eso intento bestia. Eso intento.

— ¿Bebé? — intenté acercarme y se apartó — Pon ¿Qué pasa, mi amor?

— ¿Quién es él?

"Baboso" uh, uh, Lo olvide. Le voy a explicar.

— Eso bebé, él. Te voy a presentar a mi pri-

— Hueles igual que la última vez.

— ¿Qué?

— Hueles cuando regresaste de navidad. Estabas tan ebrio, pero hueles igual.

— Pon, en navidad solo estuve con mi familia al igual que tú.

— No, no, — comenzó a negar dolido — Este es el Karma de mi padre.

Pon se abrazo con sus delgados brazos.

— Pon, me preocupas. Dime qué hice mal.

— ¿Quién es ese Omega?

— Eso te voy a explicar.

— ¡No quiero saberlo! — intento correr pero lo detuve del brazo y me plante frente a él. — ¡Déjame ir!

— Pon, escucha por favor. Ese omega es mi primo.

— ¡Mientes! Solo hay dos omegas en tú familia y él no es uno de ellos.

— Recuerdas que te hablé de Topten.

— ¿Me crees imbécil? — empuñó mi camiseta y se acercó hasta que nuestras narices se toparán. Creí que me besaría. Pero en realidad me mordió la boca.

—Mmm ¡Pon! — me aleje y le miré herido. — ¿Por qué actúas así? — ví la sangre en su boca y sentí escurrir un hilillo de sangre por el mentón.