Naruto El Emperador del Remolino

Prólogo

La historia comienza justo cuando nuestro protagonista está en espera de la primera prueba de los exámenes Chunnin. Kabuto ya había dado información de Gaara y Lee y nuestro rubio hiperactivo estaba con el ceño fruncido al ver que nadie había pedido su información. Aunque sabía que estos idiotas no estarían interesados en la mejora del último muerto y sólo lo veían cómo una molestia que ni siquiera debería estar en su grupo… ¡pero eso cambiaría en ese día!

Entonces, todos vieron cómo aparecia el inspector de la primera prueba y decía:

-¡Mantengan la boca cerrada, cabrones!-

Todos se voltearon para ver a cierto Jounin con cicatrices, un pañuelo en la cabeza y una mirada de pocos amigos, aparecer ante todo el mundo junto a varios ninjas con aspecto amenazante.

-Gracias por esperar… Soy Ibiki Morino, el examinador de la primera prueba del examen Chunnin. Chicos del sonido, dejen de hacer lo que les da la gana antes del examen. ¿Quieren ser suspendidos?- dijo Ibiki con una sonrisa sádica.

-¡Vamos, debemos tomar la prueba! ¡Vamos, Sasuke-kun! ¡Se que tu lograras pasar esta prueba sin problemas gracias a tu maravillosa mente! ¡Naruto Baka, más te vale no echarlo a perder en esta prueba y hacer quedar mal a Sasuke-kun o te matare!- dijo Sakura mirando a Sasuke con ojos de adoración.

Pero al mirar a Naruto, se sorprendió al verlo con la mano en la cara y soltando pequeñas risitas que notaron incluso los demás. Las risitas fueron aumentando de volumen, causando que toda la sala lo mirara con confusión, hasta que al final, la sala se llenó de una escandalosa risa por parte del rubio:

-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!-

Esto dejó a todo el mundo sin palabras y más confundido, excepto a cierta Hyuga que extrañamente veía todo con ojos diferentes y Sakura le grito a Naruto:

-¡Deja las bromas, Baka! ¡Estás haciendo quedar mal a…-

Sin embargo, Naruto sólo realizó una serie de señales con las manos y sus ojos cambiaron extrañamente a unos ojos de cinco colores mientras el estampaba la mano en el suelo y gritaba:

-¡Sello de disfraz Uzumaki: Liberar!-

Al instante, una gran columna compuesta de los cinco elementos lo cubrió, dejando a todos sorprendidos y cuando la columna se esfumó, lo que vieron los dejó a todos con la boca abierta: Ante ellos estaba un chico de gran estatura, de cabello rubio largo con mechones rojos atado en una cola de caballo por encima de su hombro. Vestía un kimono rojo que mostraba sus pectorales bien definidos con una capa parecida al del cuarto Hokage pero de color rojo con llamas negras y un remolino anaranjado en la espalda. También llevaba una espada con vaina roja y empuñadura del mismo color en su cintura y llevaba la diadema de Konoha en su frente.

Todos estaban mirándolo con los ojos abiertos e incluso Ino estaba sonrojada ante la nueva apariencia de Naruto. La mayoría no sabía qué decir ante lo que veían, aunque Sasuke sólo miraba a Naruto con desprecio ya que aún creía que seguía siendo el Dobe y estaba debajo de él, pero Sakura fue la única que habló para gritarle:

-¡Basta con la broma, Naruto! ¡Quítate ese disfraz y vuelve a tu apariencia de estupido sin futuro que es lo que siempre serás!-

Pero Naruto sólo abrió los ojos y la miró con unos ojos que ella jamás había visto en él mientras le decía con voz fría y helada:

-Lamento decirte, estúpida, que ya me quite el disfraz. Ese Naruto estupido sin futuro, el Baka huérfano sin padres que solo es una molestia… ¡siempre fue un disfraz!-