Después de salir seguí buscando a Adan, no sabía cuanto tiempo llevaba ahí pero para mi ya había sido una eternidad, quería encontrarlo para finalmente salir de ese infierno (literalmente).
Yo sabía que había un edificio en el infierno donde a veces se reunía mi esposo con los demonios de alto rango, tal vez si encontraba ese edificio podría encontrar a mi esposo.
Mi objetivo ahora era encontrar ese lugar.
No fue difícil, es el único castillo blanco que vi aun que me parecía curioso que hubieran elegido la estructura de un castillo para un lugar así pero eso no importaba.
Toque la puerta y nadie atendió, estuve tocando un rato pero nada paso.
Me rendí y había decidido irme a seguir buscando a mi esposo cuando escuche un aleteó y al darme la vuelta había un ángel exterminador atrás de mi.
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-O-Oye yo soy un ángel, tu también eres un ángel ¿no me mataras cierto?
-Te pareces mucho a.. nah de seguro eres un puto demonio cambia formas o una mierda así -apuntando con su arma-
-Soy la esposa de Adan, tu jefe
-Si si, como no, demonio sucio acabare contigo -riendo- y no sabes como lo voy a disfrutar
-Por favor, no hagas esto, te lo suplico -dije tragando saliva-
El ángel ignoró mis suplicas y alzo su arma lista para clavármela pero antes de que lo hiciera sentí como una fuerza me arrastraba y lo último que vi fue como el exorcista era atravesado por su propia arma mientras sus restos caían en un portal.
Estuve en la obscuridad un largo rato, sentía una mirada puesta en mi pero yo no podía ver nada, así pase un rato hasta que escuche una voz decir
-¿Qué haces aquí?
Dude en responder pero pensé que si le decía tal vez sería comprensivo con mi situación.
-Vine al infierno a buscar a mi esposo
-¿Y quién es tu esposo?
-¿Por qué preguntas?
-Me interesa saber
-Suspiré- Mi esposo es el líder de las legiones de ángeles exterminadores
-¿¡Adan!? -exclamó sorprendido-
-Si
-Eso significa que tu eres... ¿___? -preguntó en busca de una respuesta afirmativa-
-...¿Quién eres?
-Soy el rey del infierno
-¿Lucifer?
De pronto el lugar se llenó de luz y ahí lo vi tan hermoso como lo recordaba.
Se abalanzó sobre mi y me dió un fuerte abrazó.
-Nunca pensé que te volvería a ver -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-
