¡Hola, hola!
¡Buenas tardes, melocotones!
Lamento que haya tardado tanto tiempo en actualizar este libro, sin embargo, espero que puedan tenerme paciencia y que disfruten este nuevo capítulo.
¡Empecemos!
Entre esponjosas y blanquecinas nubes, cruzando a una impresionante velocidad el vasto cielo azul, se lograba advertir una figura llamativa que permaneció inmóvil sobre una invocación extraordinaria que llevaba el aspecto de una hermosa nube amarillenta. Simplemente viéndose como una mancha dorada que se desplazaba con rapidez a través del extenso cielo azulado.
La figura extravagante se trataba de un simio antropomórfico de pelaje marrón claro, deslumbrantes orbes dorados y un rostro atractivo que poseía una expresión que desbordaba unas emociones complicadas.
Era Sun Wukong. El mono inmortal que gobernaba una majestuosa montaña de flores.
Aquel místico inmortal estaba sentado en silencio en su transporte aéreo, la nube nimbo, mientras varios pensamientos de inquietud llenaban su cabeza con malas y espeluznantes ideas. Haciéndole tener un poco de consideración por unas terribles opciones al esforzarse por comprender la gravedad de la situación que estaba acechándolo.
Él iba a tener un hijo. Un bebé.
El pensamiento provocó que una mueca de vacilación terminara formándose en sus delgados labios, que el sonido de sus latidos aumentara hasta resonar con una gran fuerza en sus agudos tímpanos y que su larga cola de mono se agitara detrás de su cuerpo debido a los obvios cambios emocionales que estaban afectando con notoriedad su inestable autocontrol.
Wukong resopló por la nariz ante la idea que seguía resonando entre las paredes de su cabeza, provocándole sentimientos encontrados en sus adentros mientras se mordía el labio inferior para lograr que el dolor lo mantenga atento. Sus manos se mueven hasta posarse sobre sus piernas cruzadas, apretando con fuerza contra la tela granate de sus pantalones.
Él realmente dudaba que aquello fuera posible.
Desde que había llegado al mundo por el poder acumulado de una piedra mística, el mono inmortal aprendió que los seres humanos eran sumamente incompatibles para unirse con las otras entidades que deambulaban por el extenso mundo. Eran unos simples mortales que no lograban mezclarse con los inalcanzables inmortales.
Los mortales eran inadecuados para crear una nueva vida que heredera la fuerza vital de algún poderoso inmortal.
Por otro lado, los inmortales, tenían poca probabilidad de lograr conseguir sus hijos biológicos debido a la gran potencia que corría por sus venas. La fuerza de la vida eterna que habitaba en los inmortales se interponía en la fusión exitosa entre un frágil mortal y un sabio inmortal.
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𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒐𝒈é𝒏𝒊𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝑹𝒆𝒚 » 𝑺𝒖𝒏 𝑾𝒖𝒌𝒐𝒏𝒈
Fanfiction❝ 𝘜𝘯𝘢 𝘳𝘦𝘷𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘪𝘯𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘳í𝘢 𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘱𝘭𝘦𝘫𝘢 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 𝘩𝘪𝘴𝘱𝘢𝘯𝘰𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘢 𝘦𝘯𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘪𝘵𝘶𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘫𝘢 𝘺 𝘢𝘣𝘳𝘶𝘮𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢. 𝘕𝘢𝘥𝘺𝘢 𝘔𝘰𝘳�...