Dolce Tentazione~Edser, Leyken

Capítulo 2

Eda

La mansión Osturk destila grandeza y arrogancia por todas partes, podría decir que no tiene nada que envidiarle a la nuestra. Cuando papá decidió involucsr a mi hermana en esto me moleste demasiado, quiero decir, tiene veintiocho años, es lo suficientemente mayor y madura como para tomar el puesto por si sola. Pero entendí que no fue por gusto de papá.

No quiero separarme de mi hermana, no pienso hacerlo, asique donde sea que vaya ahí estaré, como siempre nos hemos prometido.

—Eda, Leyla, hay que bajar.

Mamá me saca de los pensamientos y parece que a Leyla también, cuando estoy por bajar mi hermana extiende su mano y sonrio tomándola, pero decide no soltarme nisiquiera cuando nos movemos por el gran jardín hasta la entrada.

—Qué dices ¿pedimos una habitación juntas?

—Sin dudas—afirmo.

Me acomodo el vestido con cuidado y desplegó el dobles que se había hecho al bajar de la limusina y suspiro, estoy nerviosa y eso que no soy yo quien va a casarse.

Las puertas se abren somos recibidas por un hombre de mediana edad, con algunas pocas canas.

—Bienvenido señor Gediz, es un placer tenerlo de vuelta.

Lo veo estrechar la mano con mi padre para luego saludarnos cortezmente a cada uno, se sumergen en una conversación que sinceramente me dedico a ignorar, cuando empiezan a moverse los sigo hasta que volvemos a detenernos en una gran sala.

—Les presento a mi hijo, Serkan Bolat.

El hombre del cual aún no se su nombre se mueve a un lado y no puedo evitar levantar mis ojos hasta el hombre frente a mí, es mayor que yo de eso no hay duda, tiene un rostro duro, lo digo por sus facciones  y la forma de su quijada.

—Es un placer conocerlas.

Salida primero a mi hermana y luego toma mi mano para hacer lo mismo, siento el roce de sus dedos con los míos y aunque no debería hacerlo lo miro a los ojos hasta que me suelta para alejarse y saludar a mi madre. Quien sorprendiéndome le da un abrazo.

—Mi querido Serkan, como has crecido, la última vez que te vi tenias cuanto ¿6 años?

—Creo que si Aysun, aun la recuerdo.

No creí que mi madre los conociera tanto pero al aprecer si, mamá dice que papá trabajaba aquí antes y que se conocieron en una cena de trabajo, por eso mamá tomó su lugar en la mafia junto a nuestro padre y ahora han vuelto aquí.

—Disculpen por hacerlos esperar...

Kenan

Quiero decir que no he retrasado la reunión a propósito, pero seria una vil mentira, la imagen que tengo frente a mis ojos no le hace justicia a lo que tanto llevaba imaginando, pagamos lo suficiente como para que no haya información nuestra por la red y eso incluye además fotografías, la Leyla que recordaba estaba irreconocible, para bien claro.

Me acerco y saludo a quien considere familia cuando era pequeño, mi mejor guardaespaldas Ekrem Osturk y a su esposa quien me rodea con sus brazos sorprendiéndome, le devuelvo el abrazo porque aunque no pase demasiaod tiempo junto a ella, era una mujer dulce.

—Mi Kenan, como has crecido, anda ven, seguro que recuerdas a Leyla.

Ella me empuja hasta la morena frente a mí, se que es ella porque su rostro es único y no puedo evitar recorrerla, lleva un vestido verde oliva que realza su figura y sonrío notando que aún mantiene esos hoyuelos que recordaba, han pasado poco más de veinte años y aún aún tengo su recuerdo grabado.