En su vida anterior, Lalisa, una estudiante pobre, fue perseguida sin descanso por un joven rico de segunda generación llamado Song Kang, a quien ella encontraba molesto. Más tarde, fue obligada y coaccionada a caer hacia la muerte, y su alma vagó p...
El KFC estaba justo enfrente de la entrada principal de la universidad, y rodeando el KFC, detrás, estaba el complejo familiar de la facultad y del personal donde ahora vivía Lisa.
Podría decirse que Lisa tenía que pasar por allí todos los días.
Para algunas familias, la comida rápida como KFC y McDonald's es comida basura, frita y rica en calorías, de las que los padres les dicen a los niños de la familia que "coman menos" o "no coman."
Para otros, es un lugar de "lujo" donde tienen que palparse la cartera cada vez que pasan por delante, y luego pasar de largo sin mirar.
Por supuesto, Song Kang era de los primeros.
De lo que Lisa podía recordar, ella misma había sido una vez de los primeros. Después de que el negocio de su padre fracasara, engañara a su abuela para que vendiera la casa y acabara con todos los ahorros de la familia, había quedado reducida a la segunda.
El joven estaba un poco confundido.
Las chicas hermosas que había conocido solían lloriquear con voz coqueta, "Vamos a comer comida japonesa". O le demandaban, "Comamos un filete."
Ninguna había dicho realmente que quería ir a KFC cuando él había dejado claro que quería invitarlas.
Abrió la boca, la volvió a cerrar y sonrió —De acuerdo.
Así que Song Kang se presentó con Lisa en el KFC de enfrente de la escuela.
Comer era sólo una excusa, su objetivo final era ella. No tenía mucho apetito para este tipo de comida frita. Quería esperar a que Lisa terminara de comer antes de iniciar la conversación.
A regañadientes, le dio un mordisco al pollo frito pero lo dejó cuando sintió que estaba demasiado aceitoso.
Cuando levantó los ojos, vio que Lisa ya había terminado rápidamente sus alitas de pollo frito y se estaba lamiendo los dedos.
La punta rosada de su lengua era suave, ágil y húmeda.
Para Lisa, las alitas de pollo fritas de KFC eran tan deliciosas y la dejaban con ganas de más. Sus dedos no sólo estaban cubiertos de aceite, sino también de migas, así que los lamió inconscientemente.
Cuando levantó los ojos, vio a Song Kang mirándola fijamente.
Ella estaba familiarizada con ese tipo de mirada, como lava fundida fluyendo de un abismo, o el calor abrasador saliendo de la oscuridad hacía ella.
En otro tiempo, él siempre la había mirado así. A menudo la hacía sentirse nerviosa, asustada, con ganas de salir corriendo.
Cuando él la miraba así antes, ella había huido. Pero ahora ...
—¿Qué estás mirando?—preguntó.
Él no parecía que le hubieran atrapado haciendo algo malo en absoluto, sus ojos parpadearon y dijo con una sonrisa —Mirándote.
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