Emparejada con el Gamma del rey

Capítulo 54

abbie

Mi estómago se retuerce de hambre. Me muero de hambre y todavía no me deja comer desde que estoy aquí. Algunas chicas trataron de robarme comida pero se ganaron una paliza por ello, así que las rechacé cuando me ofrecieron. Ver a mi compañero follar con casi todas las chicas en este lugar era una tortura suficiente para verlo, sin tener que ver cómo les daban una paliza después. Así que cuando la puerta se abre, suspiro y me bajo de la cama, moviéndome a mi rincón, sabiendo ya qué esperar.

Dejándome caer en el suelo, me apoyo contra la pared. Solo Kale entra y se detiene frente a mi.

Por lo general, Cassandra venía cada pocas horas para llenarme de cualquier basura que me impidiera cambiar. Sin embargo, ella no estaba a la vista.

"iLevantarse!" dice, pateándome en el muslo. "¿Indulto?" Pregunto, confundido. Esto no era lo que suele suceder. Kade siempre me hace mirar antes de meter su sucia polla en mi boca, obligándome a probarlos. Gruñe, y miro hacia la puerta cuando me patea de nuevo.

"iLevántate y métete en la cama!" dice antes de agacharse y agarrar mi brazo y tirar de mí para ponerme de pie. Lucho contra su agarre, mi mano se extiende y lo abofetea antes de dejar caer mi peso, negándome. Él gruñe, arrancándome del suelo por el pelo y arrastrándome hacia la cama. Golpeo cuando su puño se conecta con mi cara Mi visión se vuelve borrosa y me duele el cuello cuando mi cabeza se echa hacia atrás. La sangre brota de mi nariz mientras tropiezo hacia atrás,
mi cabello arrancado dolorosamente de su agarre.

Aturdida, parpadeo hacia el techo cuando escucho su gruñido furioso cuando se acerca a

mí. Su rostro se retuerce de rabia y sus colmillos se deslizan entre sus labios entreabiertos. Levanto mi pierna mientras él se abalanza sobre mí. Él gruñe cuando mi pie se conecta con sus testículos, y yo ruedo tratando de escapar cuando me agarra del cabello y tira de mi cabeza

hacia atrás.

"¡Obedecerás a tu Alfa!" gruñe.

"¡Tú no eres mi Alfa!" Grito. Gruñe antes de empujarme de vuelta al suelo. Me arrastro hacia la pared y me levanto. Sus gruñidos detrás de mí se hacen más fuertes cuando de repente se detiene.

"iSube a la cama!" El grita. Siento su orden inundarme antes de que de repente se me escape como si estuviera hecha de teflón. ¡No se pegó! Y me río histéricamente.

"¡Dije, súbete a la cama!" ordena una vez más, pero vuelve a rodar sobre mí y se desliza. Dándome la vuelta, no puedo controlar la risa que se me escapa.

No tengo idea de por qué me estaba riendo, pero me hizo reír aún más cuando lo miré. La mirada furiosa en su rostro era casi cómica de repente, o
tal vez había perdido el hilo. Me miró como si estuviera loco, pero yo no me iba a subir a esa cama. Una paliza. Podría tomar uno de esos.

Mierda, pasé la mitad de mi vida tomándolos. Entonces, si tuviera que elegir, aceptaría una paliza y dejaría que él tomara más de mi.

Limpiando mi nariz, la sangre mancha el dorso de mi mano. "¿Qué pasa, Alfa? No puedes poner a tu Luna a raya -bromeo.

"iSube a la cama!" grita, poniéndose rojo. Me río de su patética orden.

Mis músculos se tensan, el dolor me recorre la columna vertebral. Esa orden se siente más fuerte, corriendo sobre mí como un maremoto, el dolor paralizante, pero aún así lo esperaba, lo soportó, lo sobrevivió.

Una vez más, empiezo a volverme insensible a mi entorno, insensible a todo. Entonces, dejé que me lastimara porque el dolor lo puedo manejar, pero ¿puede él? Sé que debe dolerle, ¿pero a mi? No, el dolor estaba en mi cabeza. Algo que pudiera encender y apagar, a lo que desensibilizarme. Así que eso es lo que hice. La mayoría me llamaría loco por lo que pretendía