Traviesa gatita [ Toji / Megumi x tú | +18 ]

Capítulo 1

'•.¸.•'♥ C A P Í T U L O  1 ♥'•.¸.•'

Tropezaste con algo y te derribaste contra el suelo.

Como estabas cansada y tus músculos atrofiados, no sentiste dolor, pero notaste que tu labio inferior empezaba a sangrar. De inmediato, te jalonearon para que volvieses a ponerte de pie.

―¡Imbéciles! ¡¿Qué vamos a hacer si la rechazan por la herida?! ―Escuchaste la cólera de tu captor―. Pongan más atención, maldita sea.

Si no estuvieses mareada, disfrutarías del temor en su tono de voz.

―Y tú... deja de hacer idioteces ―te amenazó.

Golpeó un par de veces la tela del kimono con que te habían vestido, de seguro para quitar los restos de polvo.

―¿Fuyu? ―llamaste.

―E-estoy aquí, _____ ―respondió tu compañera.

Ambas iban con los ojos vendados y las manos atadas, así que te cerciorabas de que siguiese a tu lado de esa manera. No sabías de cuántas personas era el grupo que las transportaba, aunque no creías que fuesen menos de siete sin contarlas a Fuyu y a ti.

Habías intentado escapar al inicio, pero ahora estabas débil por el hambre y la sed, y les habían colocado collares para suprimir su energía. Desde semanas atrás, cuando las cazaron, habían estado golpeándolas, y aunque habían llamado a un sanador para desaparecer sus heridas a nivel externo, sus cuerpos continuaban quejándose.

Caminaron unos minutos más. Pronto, escucharon nuevas voces y el suelo bajo sus pies cambió. Subieron un par de escalones y se detuvieron sobre un piso que debía ser de madera.

Llamaste de nuevo a tu compañera para comprobar que seguía a tu lado, y después de verificarlo, te mantuviste en silencio, como les ordenaron.

Por los trozos de conversación que habías escuchado, entendías más o menos lo que ocurría.

―Me sorprendió cuando me dijeron que querías proponernos un trato, Sato ―dijo un hombre de voz ronca, con un tono burlón―. Te doy la oportunidad de hablar, pero si me aburres los mataré a todos como agradecimiento por ahorrarme la molestia de ir a buscarlos.

―No será necesario ―reconociste la voz del tipo que las había capturado y sentiste que te empujaban hacia adelante―. Traemos un obsequio como muestra de nuestro arrepentimiento por el inconveniente.

―¿Inconveniente? Asesinaron a dos miembros del clan Zen'in ―reclamó otra voz, de un hombre más joven.

―Y estamos dispuestos a pagar. A cambio de esas dos vidas, les ofrecemos a estas mujeres. Son criaturas que encontrarás fascinantes, Toji Zen'in.

Zen'in, repetiste en tu mente. Era uno de los grandes clanes de hechiceros.

Entonces entendiste por qué el tipo que las había capturado parecía desesperado por arreglar el asunto con esos otros. Si el clan Zen'in así lo quisiese, podía acabar con él y toda su familia, siendo que no pertenecían a ningún nombre importante.

Deseaste que no aceptaran el trato y que los exterminaran.

―¿Qué tienen de fascinantes? ―habló ese hombre al que se habían referido como Toji―. Ni siquiera puedo ver su rostro.

El tipo sonó los dedos y sentiste cómo la venda que cubría tus ojos se apartaba para toparte de frente con la luz del día. Tuviste que cerrar tus párpados unos segundos antes de acostumbrarte al ambiente y poder observar lo que ocurría.