VII. El amor

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Parpadeo confundido, frunció un poco el ceño, mientras Zoro miraba desconfiado al contrario.

-¿hablas en serio? -pregunto aún confundido.

-¿Y porqué no, L? Estoy feliz por ti.

-Pero... tu habías dicho...

-Sé que no me tomé muy bien tu noticia sobre el postularte contra nosotros, pero después de pensarlo y hablarle, claro con un regaño de Sabo me di cuenta que estaba en un error. Tu mismo me lo dijiste, es mejor que el pueblo decida y que gane el mejor.

Le dio una suave palmada a la espalda del menor, quien se descolocó un poco, mientras Bellamy caminaba lejos, Luffy alzó su rostro mirándole un tanto arrepentido de su propia decisión.

-No te detengas -hablo Zoro, ganando la atención del chico- Se lo mucho que quieres a ese sujeto, pero no por eso tienes que detenerte.

-Lo se... Sé que Bell no es malo, pero... No puedo permitir que se haga esto a él mismo... -giro su vista a su mejor amigo- ¿Me apoyarías?

-Me quedaré hasta que sea posible.

Luffy se relajo sonriéndole, volviendo a ver como Bellamy se iba, continuando sintiéndose intranquilo de todo.

🍍

Suspiro cansado, relajándome mirando aquel atardecer acostado.

-Escucharte suspirar es demasiado.

Noto como alguien se acostaba a su lado, mirando de reojo a Bellamy. Al igual que él se encontraba con rasguños y polvo.

-Hola Bell.

-¿Cómo sigue tu espalda?

-Puedo manejar lo, no es la primera vez que intenta matarme...

-Cuando tenga la oportunidad le arrancaré un par de dedos por ti.

Aquello hizo reír al menor, manteniendo su vista en aquellas nubes.

-Gracias, pero creo que yo puedo resolverlo por mi cuenta.

-Hablo en serio Luffy... Lo que ese hombre te hizo...

-Siempre habrá personas malvadas, yo fui el idiota que hizo que ganará, ¿no?

-Tu eres el único que se culpa de eso. Pero ya todos olvidamos eso.

-Es tan fácil ver cómo sueltan...

-¿Y qué hay de ti?

-¿De mi? - le miro confundido.

-Estabas a punto de joder tu vida casándose con ese maldito.

-Pero no pasó, ni siquiera se presentó...

-¿Y en verdad te hubiera gustado...?

-¿Casarme? Bueno... El matrimonio es tan complejo- dejó salir un suspiro- ya sabes... Además, cuando le conté a Sabo, estaba como loco sermoneando que no debería casarme con el primer pendejo que me lo propone.

-Pero no me respondiste L, ¿a ti te gustaría algún día formar ese paso?

Ambos se miraron fijamente, el menor relajo su propia mirada, volviendo a recordar porque había terminado por enamorarse de aquel hombre frente suyo, pero rápidamente volvió su vista a aquel punto en el cielo, sonriendo con amargura.

-No... No creo que pueda aceptar alguna vez tener que atarme con alguien de esa manera...

-¿Hablas de...?

-La responsabilidad emocional... Bell, demonios sabes que no soy bueno en eso... contigo es divertido -río suavemente- porque se que es todo tan ligero y me gusta.

RaméDonde viven las historias. Descúbrelo ahora