9297 || Historias cortas

1. Miel || Jinkook

Nota

Esta historia no me pertenece. Es una traducción. Todos los créditos a su autor/a original.

Titulo original: Honey

Autor/a: sixtieshairdo

Link Ao3: https://archiveofourown.org/works/33373345

***

Sinopsis

La boca de Seokjin está tan húmeda que se le cae la baba, y Jungkook reprime un gemido que se le escapa de entre los labios porque quiere lamer el desastre, de la misma manera que le gusta lamer todos los desastres que salen de la boca de Seokjin. El pecho de Seokjin tiene tantas marcas rojas que de seguro le dolerán cuando se le pase el subidón del sexo, pero a Jungkook no le importa una mierda porque quiere que todo el mundo vea esos arañazos.

—Jungkook, suficiente. Me estás haciendo sangrar.

Envuelve sus brazos alrededor de las caderas de Seokjin, las manos manoseando su culo, jorobándose contra la entrepierna de Seokjin, desesperadamente.

—Joder, bien. Quiero que sangres. Que todos vean que hice sangrar a su hyung favorito.

***

Seokjin tiene unos ojos preciosos.

Jungkook lo sabe porque cada vez que esas pupilas oscuras se dilatan, se queda sin aliento, con unas alas de deseo finísimas que le impiden respirar.

Rodea con sus muslos la delgada cintura de Seokjin, levantando las caderas con decisión en este sucio juego, balanceando su longitud contra la otra resbaladiza y caliente, siseando por la fricción. Seokjin baja los ojos y sabe que le están mirando, así que arquea el cuello un poco más, permitiendo que Seokjin se sacie de lo sonrojado que está.

A Jungkook le gusta montar un espectáculo para Seokjin, y la forma en que Seokjin respira tan fuerte que prácticamente gruñe le dice que su táctica está funcionando bien. Normalmente quiere que se lo follen a cuatro patas, por detrás, pero esta noche es diferente.

Es diferente porque quiere mirar el deseo de Seokjin tras esos ojos de sol. Le encantan los cambios de humor en esa mirada pesada y le roba una mirada a la cara de Seokjin, maullando impotente ante el fuego que le quema.

A veces el sexo con Seokjin es demasiado, demasiado rápido, y Jungkook no es de los que se quejan, pero esta noche es diferente porque quiere apreciar cada pequeño movimiento, cada segundo entre ellos, cada centímetro de la polla de Seokjin presionada y arrastrándose contra la suya.

Sus manos arañando el pecho de Seokjin son un indicador de que está frustrado por lo bien que se siente, y presiona con sus uñas romas la piel de Seokjin, arañándolo, con fuerza. Seokjin grita, pero no se aparta, sólo le hace una seña de desaprobación, así que dibuja más líneas rojas en ese ancho pecho, mitad por despecho, mitad con la esperanza de oír a Seokjin reprenderle.

—Me estás matando, Jungkook-ah.

Sonríe insolentemente.

—Bien. Te quiero muerto al final de esto.

La boca de Seokjin está peligrosamente cerca de la suya, pero prometieron no besarse por esta noche, y él casi quiere ceder a los labios de Seokjin rondando los suyos, pero en vez de eso se muerde los labios. El charco negro que inunda los ojos de Seokjin le indica lo desesperado que está Seokjin por devorar su boca, así que moja sus labios, sólo para burlarse más.

—Joder, tu boca. Pequeño mocoso.

Araña de nuevo el pecho de Seokjin, retorciéndose contra él, enganchando sus tobillos entre sí.

—En venganza por todas las veces que no me dejas que me corra y me provocas toda la noche. Te odio.

La boca de Seokjin está tan húmeda que se le cae la baba, y Jungkook reprime un gemido que se le escapa de los labios porque quiere lamer el desastre, como le gusta lamer todos los desastres que salen de la boca de Seokjin. El pecho de Seokjin tiene tantas marcas rojas que de seguro le dolerán cuando se le pase el subidón del sexo, pero a Jungkook no le importa una mierda porque quiere que todo el mundo vea esos arañazos.

—Jungkook, suficiente. Me estás haciendo sangrar.

Envuelve sus brazos alrededor de las caderas de Seokjin, las manos manoseando su culo, jorobándose contra la entrepierna de Seokjin, desesperadamente.

—Joder, bien. Quiero que sangres. Que todos vean que hice sangrar a su hyung favorito.

Jadea cuando siente sus manos inmovilizadas sobre su cabeza, Seokjin poniendo todo su peso sobre ellas. Lucha infructuosamente, medio alarmado por la intensidad en los ojos de Seokjin, antes de que esa boca afelpada baje lentamente contra la suya, respirando, pero sin tocarse.

Quiere llorar de la tensión, del dolor de no tener la boca de Seokjin sobre la suya, de querer ser destrozado por los besos de Seokjin, pero contiene las lágrimas, no queriendo darle a Seokjin lo que quiere.

—Tokki*.

Cierra los ojos, con fuerza, sintiendo los pinchazos de las lágrimas que amenazan con derramarse.

—Cariño.

Se muerde el labio inferior, ya tembloroso por la necesidad de hacer pucheros.

—Cariño.

Sacude la cabeza profusamente, negándose a ceder, la humedad derramándose por las comisuras de sus ojos, los sollozos creciendo dentro de su pecho.

—Vamos. Dale un beso a hyung.

Odia que esto nunca falle, que siempre funcione, porque levanta la cabeza de la almohada para apretar un beso obediente en los labios de Seokjin, con los ojos aun obstinadamente cerrados.

—Déjame ver tus preciosos ojos de ciervo.

Quiere fruncir el ceño ante Seokjin, pero sus párpados se abren, parpadeando contra la humedad, y Seokjin parece un ángel sobre él.

—Mi amor.

Siente que se ruboriza, que los labios se separan inmediatamente y que la lengua de Seokjin se desliza en su boca lenta y firmemente antes de verse ahogado en una embriagadora ráfaga de sensaciones, desde las puntas de los dedos de los pies hasta los bordes de las orejas. Seokjin tiene un efecto fascinante sobre él, y se pierde en la forma en que Seokjin lo consume besando sus labios y luego sus caderas.

Cuando se corre, su orgasmo lo destroza, lo hace pedazos, pero Seokjin se mantiene unido y esos preciosos ojos lo sostienen evitando que se ahogue.

Grita el nombre de Seokjin repetidamente hasta que sus miembros parecen gelatina y se hunde en las sábanas, dormido.

Fin. 

***

Nota

*Tokki: Conejo en coreano.

Recuerda que esta historia no me pertenece. Es una traducción y todos los créditos son para su autor/a original.

Muchas gracias.