3er relato: ¡hola vecino!

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Temática:

Vecinos 🏠🏠

Infidelidad 😢

Areum

Miraba la cuidada y privada acera desde la ventana, las cortinas meciéndose mientras entraban los primeros rayos de sol sobre este barrio tan logrado de Seúl. 

-¿Cariño dónde me has dejado el mechero? -oí que dijo la voz de mi novio. Bajé la mirada al alféizar de la ventana, al mechero.

-Te lo he robado -dije seria, con una colilla consumiéndose entre mis dedos. Oí sus pasos venir a la habitación, y mis ojos captaron movimiento afuera, más en concreto, en la casa del vecino de enfrente. 

Era un chico joven, un hombre, con el que nunca había hablado. Creo que él no llevaba más de dos meses en la urbanización de casas. Siempre iba de negro y era atractivo, así de forma totalmente objetiva. Éramos los típicos vecinos que se conocen solo de vista.

Pues bien, el vecino abrió sus cortinas buscando lo que busca cualquier ser vivo: luz.

Le di una calada al cigarro del Sr. Kim mientras miraba al vecino quieta. No iba semidesnudo pero casi, con una bata negra que exponía una línea de piel desde su cuello hasta su abdomen. Se había despertado hace nada, como pude deducir por su cara adormilada. Parecía que había dormido sin compañía.

Me pilló mirándole y nuestros ojos se cruzaron. 

-¿Cuántas veces te he dicho que te compres un mechero? -di un salto, sobresaltada por la voz de mi novio, ya pegado a mí. Se lo dejé sobre su gran palma abierta, sin decir nada. Frunció el ceño al ver la colilla de mis dedos-. Ah, ¿que también me estás robando cigarros? -inquirió molesto, rodeando mi cadera con su brazo mientras me regañaba.

Hice una mueca y le dije 'sorry' para no darle tanta importancia al tema. Total, en breve se iría a trabajar porque ya estaba impolutamente trajeado, a diferencia de yo, y del vecino.

Cogió su maletín de una esquina de la habitación de matrimonio y se inclinó a mi cara. Apagué la abusada colilla contra el alféizar.

-Dame un beso, que me voy -yo solo quería darle un pico rápido, pero me cogió de la nuca durante unos segundos en los que su lengua rozó mis labios-. Bffffffff...me voy me voy -dijo sacudiendo la cabeza, evitando pensamientos intrusivos-. Nos vemos para comer -me guiñó un ojo, sutilmente prometiendo algo más.

Oí cómo se cerró la puerta de la entrada y, por ende, cómo me quedé sola y tranquila en casa. Realmente era su casa porque la hipoteca estaba a su nombre. Yo no tenía ingresos suficientes todavía, pero siempre le pagaba algo, de varias maneras. Aún así, yo había ido dejando huellas mías en la casa: en las cortinas, en las velas, en alguna cosa de color pastel, algún cuadro con mensajes positivos, en la pintura oscura y 'neutral'.

Miré por la ventana, solo para encontrarme con la calle vacía y con las cortinas del vecino abiertas pero sin rastro de él. Joder. No sé ni siquiera por qué me importó.

Me puse a hacer cosas para distraerme. Me hice otra taza de café con algo dulce e hice un poco de estiramientos en el salón, más que nada para mantener la salud física y mental. Di un trago larguísimo a la botella de agua al acabar, y me miré al espejo satisfecha, un poco sudada y colorada por el rápido bombeo de sangre. 

Yendo a la habitación para prepararme las cosas antes de la ducha, me entró un antojo nocivo.

-Ay....no tengo mechero porque se lo ha llevado...joder -puse las manos en la cintura, decepcionada. Me senté en el asiento acolchado de la ventana, apoyada en la pared con un puchero triste. Ni siquiera había cerillas para hacer fuego.

Relatos Nocturnos :) ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora