El día había sido poco entretenido, había ido a patrullar con Greco y habíamos detenido a dos sujetos tras robar una moto.
Ahora, nos encontramos en el garaje de la comisaría. Greco guardó el patrulla y ambos salimos del garaje para adentrarnos al hall de la propia comisaria.
"¿Y si molesto al super?" pensamiento provocado por el aburrimiento y por una rutina sin cambios.
Asentí con la cabeza para mi misma y subí las escaleras hasta llegar a la puerta del despacho de Conway. Toqué la puerta aunque no dejé que me diera el paso, pues entré sin que me diera o me rechazara. A continuación, pasé al despacho y cerré la puerta a mi paso.
-Podrías tocar antes de entrar, capulla -me dijo mientras miraba uno de los cuantos papeles que habían encima de su escritorio.
-Lo he hecho, super -sonreí y me acerqué a él con pasos firmes hasta quedarme a escasos metros de su silla.
Él seguía con su mirada perdida en los papeles que debían de ser bastante importantes por la concentración que les dedicaba.
Deslizé mi mano por su hombro mientras caminaba para quedarme detrás de él.
-Y... ¿no te apetece un descanso? -puse ambas manos en sus hombros y empecé a masajearlos.
-Ahora no puedo, muñeca. En nada tengo una reunión.
Pese a que sus músculos se relajaron, su mirada y seguramente su mente seguían concentrados en los malditos papeles que tenía enfrente. Así que se me ocurrió una idea, cogí el papel al cual le prestaba más atención y lo escondí en mi espalda.
-Dame el papel, lo necsito -ordenó dedicandome una mirada tapada por sus típicas gafas de sol.
Negué con la cabeza.
-Damelo he dicho.
Volví a negar pero esta vez con una sonrisa juguetona en mis labios.
Jack se levantó del asiento de un salto y se puso delante de mi. Acto seguido, bajó levemente las gafas con un dedo revelandome sus ojos aparentemente cansados y imponentes al mismo tiempo.
-Damelo, ahora -ordenó por tercera vez.
Y volví a negar.
Las manos de Conway pasaron por mi espalda para atrapar el papel que escondía tras ella, pero fui más rápida y levanté el papel para que sus manos no lo atraparan. Como consecuencia, levantó sus manos para capturarlo pero, otra vez, me adelanté y bajé el papel.
Estuvimos así un buen rato, bajando, subiendo y ladeando el papel para que no lo pudiera obtener. En una de estas, Conway consiguió atraparlo y me dedicó una sonrisa sadisfecha que no duró mucho, pues me acerqué a él y le robé un beso corto.
Se relamió los labios y me preguntó:
-¿Y esto?
-Es una señal de cariño hacia mi jefe favorito -le contesté mientras me pasaba una mano por mi oreja recogiendo mi pelo con esta.
Nos volvimos a unir, esta vez por iniciativa suya, en un beso lento sin dobles intenciones. Nuestras bocas se separaron tras unos segundos en contacto y nuestras miradas se volvieron a encontrar. A continuación, me senté encima de él doblando mis piernas para estar más agusto y apoyé mis manos en sus hombros jugando con el brode de la camisa blanca que, cuando caminaba o hacía cualquier acción, se le pegaba en el cuerpo marcando todos sus provocativos músculos.
-¿Por qué no dejas de hacer tu aburrido y asqueroso trabajo y nos lo pasamos mejor? -dije con un tono jugetón.
-Me encantaría, muñeca, pero no puedo -me contestó mientras yo bajaba mis manos hasta su corbata y la empezaba a desaflojar.
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Ven a mi - One shots Jack Conway y Tú
Lãng mạnOne shots +18 con Jack Conway. Leedlo bajo vuestra responsabilidad. (Acepto pedidos)