4. Bajo las sábanas

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—Estáis calados hasta los huesos—dijo Gustav cuando entraron en el autobús.

Le dio una toalla a cada uno y se apartó para dejarlos entrar. Se les quedó mirando, notaba que pasaba algo raro entre ellos. No se miraban ni se dirigían la palabra.

"Seguro que de han peleado"—pensó resignado.

—Luego te devuelvo la camiseta—murmuró Bill  mientras se secaba el pelo con la toalla.

Tom se encogió de hombros y subió al piso superior. Se quitó la sudadera y cogió otra camiseta limpia para él y unos pantalones secos. Se cambió de ropa de nuevo  y se acostó en la cama, no tenía ganas de estar abajo con los demás, de escuchar sus risas mientras que él lloraba por dentro por lo que había perdido sin llegar a tenerlo.

— ¿Estás despierto?

Suspiró al escuchar la voz de su hermano minutos después. No le contestó, prefirió seguir con los ojos cerrados haciéndole creer que estaba dormido para que no lo molestase más.

—Sé que puedes oírme—insistió Bill sin darse por vencido—Me gustaría ayudarte, pero si no me dices lo que te pasa me será imposible hacerlo.

Estaba a punto de irse cuando hasta sus oídos llegó la débil voz de su hermano.

— ¿Cómo lo has probado?—preguntó Tom en un susurro desde la cama.

Bill descorrió la cortina y observó que estaba con los ojos abiertos, esperando su respuesta con mucha curiosidad.

—No pensaba que me fueras a preguntar precisamente eso—dijo Bill con franqueza.

Una cosa era decirle que era gay y otra bien distinta explicarle la manera en que lo había comprobado, dando ciertos e íntimos detalles

—Me dijiste que querías saber mi opinión, pensé que no te iba a molestar que me contaras cómo había sucedido—se explicó Tom un poco avergonzado.

La pregunta había salido de sus labios sin saber aún cómo había podido suceder. Era verdad que se moría por saber si ya lo había hecho o no, o si sólo habían sido unos simples besos.

—Tienes razón, contestaré a todas las preguntas que me quieras hacer—dijo Bill sentándose a su lado en la cama—Solo fueron unos besos, nada más.

— ¿Y con unos besos te diste cuenta..?—soltó Tom sin poderse contener.

—No insistas—cortó Bill sabiendo lo que le quiere preguntar—Soy gay, asúmelo de una vez. Yo ya lo he hecho.

Se levantó de la cama y cogiendo su secador de pelo le dejó a solas.

"Con unos besos se ha dado cuenta de que es gay"—pensó Tom dándose la vuelta en la cama—"Entonces, ¿yo también lo soy? Porque con un solo beso me he dado cuenta de lo mucho que amo a mi propio hermano"





— ¿Todo bien?—preguntó Gustav al bajar de nuevo con mala cara.

—De maravilla—murmuró Bill entrando en el baño.

Conectó el secador y empezó a secarse el pelo. Agachó la cabeza y se lo estuvo secando mientras pensaba en lo que le había dicho su hermano.

Primero le parecía bien que fuera gay, cosa que claramente no era su verdadera opinión. Luego cuando se lo preguntó de nuevo no le quiso contestar. Y en esos momentos que quería saber porque estaba molesto descubrió que era por su culpa. Estaba claro que no le gustaba tener un hermano que fuera gay.

Dime que me quieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora