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 Taeyong miró al bonito chico arrodillado entre sus piernas, mojó sus labios y  se movió hacia adelante para acercar su rostro al del chico.

— ¿Quién eres? — Taeyong preguntó insistente, el castaño lo miró divertido — Hablo en serio, lindo, dime quién eres — Hizo una pausa — Me intrigas.

—¿Tanto quieres saberlo, Taeyong? — Dió otro apretón en la polla de Taeyong, encerró el aire en su garganta conteniendo un suspiro. 

Se encontraban mirándose fijamente, Taeyong trató de profundizar su mirada en los ojos del castaño, pero la oscuridad del lugar solo le permitió ver dos perlas brillantes ante él.

Taeyong llevó una de sus manos a la barbilla del más bajo y lo acercó peligrosamente a sus labios. Suspiró.

— Suelen llamarme Ten — «Por eso lo del número» Taeyong pensó. Miró que el chico ladeaba su cabeza con una sonrisa, se veía mareado, Taeyong quitó su mano de la barbilla de Ten. — Sigue tocándome — Ten ordenó tratando de alcanzar la mano de Taeyong. 

Taeyong se levantó del sillón con Ten aún arrodillado a sus pies. Él de inmediato entendió la mirada que Ten le dedicó.

— No voy a follarte, Ten, no te conozco. — Ten lo miró divertido, pronunció un "¿Y?". Taeyong respondió — No suelo meter el palo en cualquier hueco. 

—Pffff, aburrido. — Ten espetó poniéndose de pie. — Estaré en los baños si te apetece buscarme — Miró detrás de él y después de levantar sus labios en una sonrisa burlona se acercó y dejó un beso en la comisura de los labios de Taeyong, se acercó a su oído y susurró. — Hay un tipo allí que parece querer meter su palo en mi hueco, Taeyong — Se separó con una sonrisa y pasos torpes. — No puedo perder el tiempo. 


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Taeyong estuvo admirando una de sus pinturas que tenía colgada en su sala de estar, no sabía exactamente que estaba mirando, pero de su mente no salía aquel castaño que había cautivado sus dos cabezas desde el primer día. 

Ten, dijo que se llamaba, o así se hacía decir. 

Taeyong no estaba acostumbrado a romances de una noche, es un romántico empedernido por naturaleza y sus sentimientos suelen ser más grandes que su instinto, puede ser algo tierno para cualquiera, pero es algo estúpido para personas como Ten. 

Acompañando de una copa de Vino Castillo Yga, Gran reserva de 2010, (el mejor que ha probado hasta ahora) Miró atento a la pintura frente a él. Era algo sencillo, una pequeña niña en un campo lleno de flores con una serpiente enredada en uno de sus pequeños brazos, todo era muy colorido y limpio, pero nada quitaba la dureza de su significado. 

La niña y el campo de flores significa la pureza e inocencia de muchos mortales y la serpiente significa maldad, traición y tentación, lo consciente que somos de ella algún día nos llevará a la ruina. 

Quizás Taeyong sea la pequeña niña rodeada de color y Ten sea la serpiente llena de tentación.
¿Ésta será su condena? 

Recogió la manga de su camisa y confirmó la hora en su Rolex. 11:33pm. Estaba cansado.
Tomó el líquido restante en su copa y subió a su habitación, después de una ducha pensó que la mejor forma de sacar al castaño de su cabeza era descansando, apagó las luces y después de largas horas se entregó a la oscuridad de sus sueños. 


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Ten estaba desesperado, después de casi dos semanas no había señales de Taeyong en el bar, teniendo que jugar con cualquier hombre por ahí con el rubio en su mente, era una tortura. 

Aquella noche Ten estaba completamente dispuesto a llevar a Taeyong a su cama, aún se sentía decepcionado de sí mismo por no conseguirlo pero para fortuna de Ten ese día llegó bien follado a su hogar, no mentía cuando dijo que un chico estaba dispuesto a follar su agujero a su gusto. 

Ten vivía en un pequeño departamento de una habitación con todas las comodidades que puede permitirse, con dos trabajos a medio tiempo a penas y lograba sostener sus necesidades básicas. Ten tiene otras prioridades. Su vida ahora gira por las adicciones, nada más, no tiene más razones.

Cuando cumplió sus 19 años probó por primera vez la cocaína, la vida en la calle no había sido fácil, cualquier cosa desconocida era emocionante para el castaño, después de todo fueron sus padres los que lo llevaron a que abandonara su sueño y un muy probable y brillante futuro. 

"El patinaje solo te llevará a congelar tu vida igual que el suelo que pisarás, no serás nadie, Chittaphon, entiéndelo."

Y Ten claro que lo entendió. Conoció a Doyoung y Johnny en una orgía, el mismo día que probó la marihuana, todo estaba tan mal que se sentía bien, Ten podía ser libre, o eso creía.  

Muchas personas lo dijeron en las calles, "Sal de ahí" Pero él no lo quería, su dependencia por las drogas aumentó a tal punto que debía estar bajo influencias tan pronto saliera de sus trabajos, si no era así sentía que entraría en un estado de locura, Ten estaba tan jodido y solo llegaban memorias de las palabras que ella pronunció, palabras que solo le recordaban que tan jodido estaba, su mamá se encargó de que él recordara que lo llevaba la mierda cada vez que alguna sustancia entra en contacto con su cuerpo. 

"Ya no hay vuelta atrás, Chittaphon, nunca la hay"


𝑀𝑦 𝑚𝑢𝑠𝑒 - 𝑡𝑎𝑒𝑡𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora