DITTO ✰-

-El rojo brillante #8

La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando destellos dorados en la habitación de Heeseo. Lentamente, abrió los ojos, su mente aún envuelta en los retazos de sueños y recuerdos. Una sensación de vacío la invadió cuando se dio cuenta de que estaba sola en su habitación, que la realidad se había desvanecido junto con las sombras de la noche.

Se sentó en la cama, su corazón pesado de tristeza mientras enfrentaba la cruda verdad de que las imágenes vividas con sus amigas eran solo ilusiones, sueños de un pasado que ya no existía.

- Todo fue imaginación... -susurró con voz temblorosa, las lágrimas nublando sus ojos mientras la realidad se imponía con implacable claridad.

Se envolvió en la tristeza, dejando que las lágrimas lavaran el dolor y la decepción que la consumían. Cada sollozo era un eco de las risas perdidas, de las conversaciones que ya no tendría.

Pero entonces, algo atrajo su atención: un destello de color rojo brillante en su dedo meñique. Sorprendida, levantó la mano y vio con asombro que una mancha de esmalte de uñas rojo permanecía en su dedo, como un testamento silencioso de la realidad que había creído perdida.

- ¿Cómo...? -murmuró, su mente girando mientras miraba el rojo brillante.

Entonces, una sonrisa tímida curvó sus labios, una chispa de esperanza encendiendo su corazón una vez más. En ese pequeño detalle, en el rojo vibrante del esmalte de uñas, encontró un recordatorio de que los lazos de la amistad trascendían las fronteras del tiempo y el espacio.

Con determinación, se levantó de la cama, la luz del sol derramándose sobre ella como una promesa de un nuevo comienzo. Aunque sus amigas ya no estaban físicamente presentes, su presencia perduraría en los pequeños detalles, en los recuerdos que habían tejido juntas.

- Gracias, Minji... -susurró, una sensación de gratitud llenando su corazón mientras se preparaba para enfrentar el día que se extendía ante ella.

Con el rojo brillante como su recordatorio constante, Heeseo se dispuso a honrar la memoria de sus amigas, sabiendo que, aunque el camino sería difícil y lleno de desafíos, no estaba sola. Y con cada paso que daba, llevaba consigo el amor y la amistad que habían sido el fundamento de su historia juntas.