Piloto

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Los ojos de Lemony Snicket tuvieron que acostumbrarse a la ostigosa luz que caía directamente en sus ojos.
Cuando recién pudo darse cuenta ya no tenía bajo sus manos aquella máquina de escribir. Lo único que quedaba en evidencia era la foto que sostenía en su mano izquierda, la cual rápidamente guardo por precaución.

Pudo notar que yacía en un cómodo sillón, lo suficientemente grande como para que 5 persona se sentarán en el sin problema.

—Lemony Snicket.

Una suave voz lo llamo, provocando que el nombrado volteara de inmediato, encontrándose a una figura esperándolo.

—¿Deseas enseñarles a todos tu trabajo, Lemony? Por que puedo ayudarte con eso.

El mencionado alzó discretamente una ceja, observando a su adverso con cautela y duda.

—¿Como podría hacer algo así?

—Mostrandoselos, claro.

Lemony sintió esa peligrosa pizca de esperanza que constantenente habia tratado de evitar.

—Sería descortés de mi parte negar la tentadora oferta. Aunque hay que hablar mejor de los detalles.

Snicket no pudo ver la sonrisa que se poso en los labios del desconocido, pero pudo saber con claridad que no pretendía nada demasiado peligroso.

[...]

—¿Sunny?— Violet Baudelaire abrió los ojos confundida. La bebé le estaba dando leves palmadas en su cara lo que causó que despertara.

Violet se reincorporó tomando a la bebé entre sus brazos, refregando sus ojos antes de mirar a su alrededor.

—¿Klaus?

El instinto de la hermana mayor fue llamar primero a su hermano antes de pensar en sus padres, encontrándose a los tres a no muchos metros de distancia. Acostados sobre sillones y almohadas junto a un grupo de personas de los cuales desconocía sus identidades.

La chica se acerco preocupada a sus familiares, quienes no tardaron mucho en recobrar la conciencia.

—¿Violet? ¿donde estamos? ¿donde esta mamá y papá?

Klaus exclamo desconcertado, intercambiando miradas entre ambas.

—¿Niños?

Percatandose de sus padres, los tres niños corrieron hacia ellos para esconderse entre sus brazos. Beatrice y Bertrand Baudelaire estaban sorprendidos de él repentino cambio en el lugar y de ver demasiadas caras conocidas.

—¿Donde estoy?

Un grito de espanto escapo de los labios de quien antes fue la mujer más valiente y ruda, Josephine Anwhistle. Quien volteo a sus lados intentando ubicar el entorno, pero al menos su corazón se calmo al ver viejas caras conocidas.

—¡Chicos!

Montgomery grito casi emocionado. Aunque más sorprendido, tanto que sus pies no pudieron detenerse antes de quedar frente a la familia.

Los hijos Baudelaire estaban más que aturdidos, y los padres no tenían una palabra que realmente pudiera explicar su expresión facial.

Una tos torpe se hizo presente. Arthur Poe estaba bastante nervioso con la extraña situación e intentaba sofocar sus ruidos contra su pañuelo al ver muy pocas caras familiares.

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⏰ Última actualización: Apr 16 ⏰

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Una serie de eventos desafortunados | Watching | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora