X: SUPERSTAR

1.2K 136 49
                                    

╔═══════════════╗

𝑨𝒏𝒈𝒆𝒍 𝑫𝒖𝒔𝒕:

Cuando me desnudé por primera vez delante de Valentino, me susurró que era idéntico a una rosa. Lo hipnoticé con mi belleza y armonía, con mi necesidad de estar protegido en un frasco. Todas las heridas de mis decisiones fueron convertidas en espinas que sus manos sedosas acariciaban cómo si el mundo se acabase. Bajo su cuerpo, imponente y dominante, Angel Dust era el hombre más hermoso del infierno y aquello era tan maravilloso como arriesgado. Sabía que pensaba que él me habría creado, me había hecho ser la persona que era ahora y por algún extraño motivo... No era capaz de rebatirle esa verdad. Sería un iluso si no supiera mi lugar. Las cámaras me amaban porque él me había convertido en una flor hecha para el deseo. De no haber sido encontrado por su piedad, simplemente me hubiera perdido en la mediocridad de una muerte sin sentido.

Todavía me pregunto cuándo fue el momento en él que decidió arrancarme cada uno de mis pétalos con esa brutalidad que sólo la posee aquel que sabe que no tendrá represarías. Al principio, su control sobre mí era una droga más de la que me podía embriagar. Pero lentamente fue robando cada parte de mí, haciéndome más suyo que nadie. Me regalaba una libertad que estaba encriptada, disfrutaba del éxito que me daba ser su estrella únicamente porque él me dejaba brillar. Todo aquello comenzó a originar una huella en mi corazón a la que no era ni capaz de ponerle nombre.

Seguía atrapado en un contrato cuyas cadenas eran rosas aunque auguraban un futuro muy negro.

Liberé un suspiro tedioso de mis labios y me acomodé en los asientos traseros de esa limusina. Sabía que si movía una de mis manos inferiores encontraría una bolsa de polvo rosa preparada para mí. Aquello secó mi boca y envenenó mi boca de un deseo difícil de no complacer. Tal vez debía de aceptar mi destino y dejar de correr. Gozar de toda esa vida que se me había sido entregada de manera inocua y que me daba cierto prestigio en el infierno. Es verdad que era llamado de mil maneras diferentes, no obstante, sabía que nadie me tocaría o me haría daño. No mientras estuviera bajo su control.

Quizás debía de dejar de jugar a las casitas con Charlie.

Quizás debía de aceptar mi pasado y reconciliarme con mi dueño.

Aquella exposición con Husker solamente me había demostrado que había sido un idiota creyéndome que seríamos amigos. Seguramente el gatito contaba con una estrategia o un as de la manga. Era un experto en las cartas así que tampoco me podía sorprender. Aquella alma podrida estaba deseando que la araña mordiese el anzuelo.

Mis delgados y delicados dedos acariciaron con apetito la bolsa que contenía polvo de ángel. Cuando me decidí de agarrarla, observé que había un pequeño mensaje.

"¿Sigues siendo mi estrella?"

Mi corazón se amplió y abrazó sentimientos que no comprendí al leer eso. Seguidamente, me fijé que mi conductor se fijaba en mis acciones. Era un demonio de ojos verdes y forma de tiburón. Tenía un aspecto terrorífico y la verdad es que provocaría un escalofrío en cualquiera. No obstante, el peligro era mi especialidad.

— ¿Qué pasa? — Pregunté con un tono dulce que había escoger desempolvar para ese momento. — ¿Quieres morderme?

Su carcajada fue ronca y contempló sin discreción alguna la manera en la que movía mis piernas. Eran largas y finas, diseñadas para ser admiradas y enredar a la gente en mi red. Ver cómo adoraba los dibujos abstractos que hacía con suavidad despertó un sentimiento que pensaba que había dormido en aquel hotel.

LOSER, BABY ┃HUSKERDUSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora