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[🐇]

El ruido proveniente del otro lado de la habitación la hizo despertar. Algo exaltada, se sentó en la cama con preocupación y abrió los ojos con rapidez.

—¡Lo siento! —gritó casi por instinto. Las cosas seguían en su memoria, y se despertó creyendo (y esperando) que todo lo sucedido en la madrugada hubiera sido nada más y nada menos que un sueño.

—Wow, tranquila chica —exclamó Yunjin, al verla tan alterada—¿tuviste pesadillas?—cuestionó la más alta, mientras terminaba de anudarse la pequeña corbata negra.

—Yo... anoche—sus palabras no lograban salir, como si algo no le permitiese hablar de aquello. A pesar de eso, lo agradeció, pues estaba a punto de contarle cómo había asesinado a alguien y después huido—. Si, solo un mal sueño.

—Claro... —repuso Yunjin sin darle mucha importancia.

—Yunjin —pero Hanni también quería saber si lo que sucedió había sido real—¿anoche no llegaste al dormitorio?

—Ah... —la pelirroja respondió nerviosa—no lo reportes con la supervisora ¿si? —pidió, juntando sus manos en señal de súplica —. Fui al dormitorio de Eunchae y vimos televisión hasta tarde. Sakura unnie nos obligó a ver las películas de Evangelion...

La más alta se quejó, rodando los ojos, terminando de ajustar el nudo y sonriendo feliz después de lograrlo a la perfección.

Hanni tragó saliva. Entonces de verdad no estuvo en la habitación. Notó la mirada preocupada de la más alta, y cómo esta se acercaba a ella.

—¡No te pongas triste, la próxima ves te invitaremos! —soltó Yunjin, tal vez porque la vio un poco pensativa—. De hecho, vine antes de ir con ellas, iba a preguntarte si querías acompañarnos, pero no estabas...

—¿Ah? —eso debió ser cuando salió —. No te preocupes Yunjin, solo estaba un poco preocupada.

Hanni le sonrió a su compañera y se talló los ojos. Lo único que se le ocurrió fue meterse al baño, para evitar que la viese más nerviosa de lo que ya se encontraba.

—Bien ¡si gustas te esperaremos hoy en el comedor, mismo lugar! —gritó la pelirroja desde el otro lado de la puerta, se notaba que llevaba prisa.

—Uhm, está bien, gracias.

Hanni solo pudo escuchar como la puerta de la habitación se abría y cerraba, marcando el hecho de que la estadounidense había salido de la recámara.

La vietnamita suspiró.

No necesitó darse un baño, así que simplemente se colocó el uniforme y tomó sus cosas para salir de ahí con la velocidad de un cohete.

Lo que necesitaba era encontrar a Kim Minji, o no estaría tranquila.

Lo que necesitaba era encontrar a Kim Minji, o no estaría tranquila

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