capítulo 4

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26 de septiembre,8:39am:




La mañana transcurría normal,el portugués se encontraba tranquilo en su casa mientras bebía una taza de café en la cocina.Su mirada estaba puesta en la ventana,viendo aquel cielo tan celeste,acompañado con algunas nubes y con un sol muy brillante.

Mientras que el de mayor edad seguía bebiendo su café,empezó a escuchar unos pasos algo rápidos que se dirigían hacia donde estaba el,pero el simplemente se dió un poco la vuelta y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

-Hasta que al fin despiertan-dijo esto con una sonrisa mientras veía a sus hijos.

-¡Buenos días papi!-contestaron los menores mientras ambos le daban un abrazo a su padre con algo de fuerza.

El portugués decidió agacharse un poco a su altura y les proporcionó un pequeño beso en la cabeza a cada uno,mientras le correspondía el abrazo que le estaban proporcionando sus hijos.

-Vayan a sentarse en la mesa,les prepararé un desayuno a cada uno-Después de decir eso,se incorporó otra vez y se separó un poco de ellos.

-Yo quiero leche caliente con galletas-habló el menor,Mario.

-Yo también quiero leche,pero con tostadas-contestó la mayor,Matilde.

-Bien,pero vayan a sentarse a la mesa o no tendrán su desayuno como pidieron.

Ambos hicieron caso a su padre y se dirigieron a pasos un poco rápidos hacia la mesa,para luego,sentarse cada uno en una silla diferente.








(⌛)









Después de que Mario y Matilde habían terminado de desayunar,su padre le había propuesto salir a dar una vuelta por ahí y le prometió comprarle a cada uno un pequeño regalo.Los dos menores obviamente aceptaron y se pusieron muy contentos de que les iban a dar un regalo,pero estaban más feliz de que puedan salir a pasear con su padre,ya que había pasado mucho tiempo desde que no lo veían y nunca tuvieron la oportunidad de pasar un tiempo de padre e hijo/hija.




(...)



Los tres se encontraban caminando por las calles,José tenía a cada uno agarrado de la mano para que no se alejen mucho de el,ya que por dentro tenía miedo de que les pase algo malo si se alejaban aunque sea un centímetro.
A medida de que iban caminando,empezaron a pasar por algunas vidrieras.Y en un momento,el menor le llamó la atención a su padre.

-Papi,mira-señaló la vidriera que tenían en frente.

El portugués se dió un poco la vuelta y miró en la dirección en dónde apuntaba Mario.Pudo ver que estaba señalando algunos coches de juguete.

-¿Me compras uno papi?,siempre he querido un coche rojo-el menor hizo ojitos de "cachorro",y el de mayor edad no pudo evitar soltar una pequeña risita ante la acción que había hecho este.

-Está bien,te lo compraré-Después de decir eso,entró con sus dos hijos a la tienda.
Luego de un rato,salieron de allí,y el pequeño portugués llevaba una pequeña bolsita consigo,que es donde estaba el coche que le había comprado su padre.Mario simplemente dió saltitos de felicidad al saber que iba a tener un juguete nuevo para poder jugar.

-¡Te lo agradezco mucho papi!-dijo esto con una sonrisa mientras abrazaba con fuerza a su padre.

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