VEXAR

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En las profundidades del inframundo, entre las sombras y el fuego eterno, moraba un demonio conocido como Vexar, cuya boca había sido cosida como castigo por desafiar a los señores del abismo. Vexar era una criatura de pesadilla, con ojos ardientes y una presencia que helaba la sangre.

Años atrás, Vexar había intentado sublevarse contra el dominio de los señores oscuros, ansioso por alcanzar el poder supremo. Pero su rebelión fue aplastada con ferocidad y, como castigo, fue condenado a vagar por la oscuridad eterna con su boca sellada, incapaz de proferir palabra alguna.

A pesar de su mudez forzada, Vexar continuó extendiendo su influencia a través de susurrantes sombras y siniestras miradas. Su presencia era temida incluso entre sus propios compañeros demoníacos, quienes veían en él una oscuridad que trascendía las palabras.

Una noche, en un remoto pueblo situado en las afueras del mundo mortal, una joven llamada Elena descubrió un antiguo libro encuadernado en piel humana en el desván de su abuela. Intrigada por su contenido, comenzó a estudiar sus páginas llenas de símbolos arcanos y oscuros conjuros.

Sin embargo, lo que Elena no sabía era que el libro había sido sellado por los señores del abismo para contener a Vexar y sus malignas artes. Al abrir el libro y recitar uno de los conjuros, liberó sin querer la presencia de Vexar, cuya boca cosida no pudo pronunciar palabra alguna, pero cuyo poder era inmenso. El gentío del pueblo conocido como "La Libertad" ya no hacía uso de su nombre ya que dejaron de ser libres. Vexar tenía la capacidad de que cuando inhalaba oxígeno, sorbía por su nariz el alma del que estuviese cerca. El pueblo de la libertad estaba tan aterrorizado que muchos dejaron votados sus casas y huyeron aterrorizados. Muchos tras querer huir se toparon de frente con el demonio de la boca cosida que inhaló sus existencias y quedaron tan delgados como esqueletos vestidos de una delgada piel. Se notaba en cada uno que habían sido torturados de la forma más espantosa. Los ojos y bocas de los que les alcanzó la maldición tenían gestos retorcidos de dolor, la sangre de cada uno se había evaporado y la grasa había sido consumida de una forma en que cada cuerpo humeaba como si lo hubiesen hervido por dentro.

Vexar, que ahora era libre, comenzó a extender su influencia sobre el pueblo, sembrando el caos y la desesperación a su paso. Su presencia oscura y silenciosa envolvía las calles con un manto de terror, mientras los habitantes del pueblo caían presa del pánico.

Elena, horrorizada por las consecuencias de su acción, buscó desesperadamente una manera de detener a Vexar y reparar su error. Con la ayuda de un anciano sabio que conocía los secretos del inframundo, emprendió un peligroso viaje hacia las profundidades de la tierra, donde esperaba encontrar una forma de sellar nuevamente a Vexar y restaurar la paz en el pueblo.

Sin embargo, el camino hacia el corazón del abismo estaba plagado de peligros y trampas mortales, y Elena debía enfrentarse a sus propios miedos y dudas mientras luchaba contra las fuerzas oscuras que protegían a Vexar.

Finalmente, después de enfrentarse a innumerables desafíos y sacrificios, Elena logró encontrar el antiguo sello que había sido usado para encarcelar a Vexar. Con valentía y determinación, recitó las palabras de poder necesarias para sellar una vez más al demonio en las profundidades del inframundo, asegurando así la salvación de su pueblo y poniendo fin a la amenaza de Vexar para siempre.

Pero incluso después de su derrota, la leyenda de Vexar, el demonio con la boca cosida, continuó acechando en los rincones más oscuros de la imaginación humana, recordando a todos que incluso en el silencio más profundo, el mal puede encontrar una voz.

CUENTOS CORTOS DE TERROR  [HISTORIA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora