Día 1

9 0 0
                                    

Abrió los ojos de golpe e inhaló profundamente como si no lo hubiera hecho por horas. Su corazón palpitó a toda prisa recordando fugazmente lo que había pasado con...

Con Niall.

No fue un sueño. El dolor que sentía en todo el cuerpo era una clara señal de que no lo había soñado, pero, ¿porqué estaba arropado en su cama con la manta cubriéndolo completamente?

Sin poder controlar su repentina perturbación se retorció como un gusano apartando el pedazo de tela de su cuerpo como si lo estuviera asfixiando. Con un golpe seco, aterrizó de lleno en el piso, golpeando su cabeza en el acto.

La maldición que iba salir de su boca se vio interrumpida al instante por la figura de un hombre sentado cómodamente en el living que se encontraba a los pies de su cama.

Estaba mirándolo fijamente, una sonrisa burlona estaba dibujada en el rostro desconocido.

Se le cortó la respiración.

—Vaya manera de levantarse de la cama, lindura — la voz estaba cargada de gracia, que él no compartía, la verdad.

—¿Quien demonios eres tú? — vociferó, pero lo que esperó que saliera como un reclamo amenazante, se escuchó indiscutiblemente asustado —¡¿Que haces en mi casa?!

No hubo respuesta. El hecho de que solo estuviera ahí sentado, mirándolo atentamente como si realmente no hubiera nada que decir, o explicar, hizo que el cuerpo de Harry temblara ligeramente.

No le encontraba sentido a lo que estaba ocurriendo. Primero Niall, ahora este hombre. El hecho de que no sabía cómo había regresado a su casa, lo que haya pasado con Niall, porqué estaba vestido con su piyama, por la ventana se reflejaba el comienzo de un nuevo día, y cómo pudo haber escapado de lo que, para ese entonces, ya ni siquiera estaba seguro si pasó.

Llevó una mano a su cuello y sintió dolor, como si toda la zona estuviera amoretonada.

—No lo soñaste — de pronto lo escuchó hablar, como si le hubiera leído los pensamientos. Levantó la vista hacia el extraño, sin saber en qué momento le había quitado los ojos de encima — Ese chico loco, realmente, intentó matarte. De nada.

¿Le sonrió? ¿Otra vez?

Realmente estaba jugando con él.

Ahora, debía caer en cuenta que realmente todo ocurrió. Niall, estaba vivo, regresó. Regresó de dónde quiera que había estado estos últimos tres años pero, ¿A qué costo? Él hecho de pensar que había regresado a vengarse, y no solo eso, ni siquiera parecía humano. La fuerza con la que lo había golpeado...

Algo no estaba bien. ¿Cómo era posible todo esto? ¿Que debería hacer?

Pero este... desconocido, ¿Le había salvado la vida? ¿Que pasó con Niall?

—¿Quien eres? — volvió a preguntar pausadamente. Se levantó y decidió alejarse un poco más —¿Dónde está Niall? ¿Que le... hiciste?

Su expresión se volvió más neutra, dejó de sonreír —No tienes que preocuparte por él más. Yo me encargo.

Harry frunció el ceño, confundido.

Internamente, por alguna razón, sabía lo que estaba pasando, al menos, lo sospechaba, pero no podía admitirlo en voz alta. Desde el momento en que todo ocurrió hace tres años, sabía que no podía ser natural, que algo más estaba detrás de todo eso. Algo con lo que ellos no eran capaces de manejar. Algo sobrenatural.

Cuando Niall desapareció, en ese castillo, nada volvió a tener sentido. Ellos habían jugado con algo que nunca iban a entender, y que estaba por sobre todo lo que sus mentes podían asimilar. En ese momento, ya no tenía dudas. Ellos realmente habían hecho algo muy malo, y ahora vendrían las consecuencias.

Después de una vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora