eighteen

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Dos días después de aquel encuentro todo había mejorado sin duda, Alex empezaba a comportarse un tanto tierno conmigo

Yo estaba viendo una telenovela en la sala hasta que escuché como la puerta se abría y entraba Alex corriendo para sentarse a mi lado

—Adivina que compré.— exclamó mirándome

—¿Es algo útil?.— pregunté entre risas, a veces compraba cosas sin utilidad

—Si pero a la vez no.— respondió emocionado —Ven, está afuera.—

Nos levantamos y caminamos juntos, al salir de la casa pude ver un par de bicicletas así que lo miré confundida

—¿Y eso?.— cuestioné y él sonrió

—Cuando salgamos a partir de ahora lo haremos en bici.— avisó —Será más divertido.—

—¿Gastaste dinero en esto solo?.— no entendía, pero él solo se burló —Nunca aprendí a andar en bicicleta.—

—Déjame enseñarte entonces.— pidió y lo miré con duda —Vamos, no dejaré que caigas.—

Asentí sabiendo que debía intentarlo, tenía miedo de caerme pero confiaba en que él me enseñaría bien. Nos acercamos a una de las bicis y me subí

—Vas a intentar mantener el equilibrio, yo no te voy a soltar.— indicó

—Pero agárrame fuerte.— condicioné y escuché como rio —No te rías.—

—Ya, empecemos a avanzar un poco.— dijo y asentí

Empecé a pedalear un poco mientras sentía que la bicicleta se tambaleaba, igual Alex me agarraba para impedir que me cayera así que me lo estaba facilitando bastante

Avanzamos unos metros así hasta que sentí que poco a poco él me iba soltando así que empecé a equilibrarme más hasta que por fin me soltó y pude avanzar sola

Mantuve la concentración algunos metros hasta que llegué a una calle donde tenía que frenar por todos los coches que pasaban, el detalle era que no me había enseñado como frenar

—¡Agarra el freno!.— escuché un grito detrás, se escuchaba que venía corriendo detrás de mí

Ni siquiera sabía cuál era el freno así que antes de llegar a donde estaban los coches decidí aventarme al suelo haciendo que cayera y me lastimara un poco

Alex llegó corriendo y me ayudó a levantarme

—¿Estás bien? ¿Te duele algo?.— preguntó preocupado mientras revisaba mis brazos

—Estoy bien, solo siento que me raspé un poco mi rodilla.— dije —Dijiste que no me soltarías.—

—Pensé que tendrías el control.— se justificó —No debí hacerlo, perdón.—

Empezamos a caminar mientras él se llevaba la bicicleta, quizás podríamos intentarlo mañana y así él también traería una bicicleta para andar juntos... Todo esto cuando me enseñara como frenar bien

—¿Te duele mucho?.— cuestionó al ver como arrastraba un poco mi pierna herida

—No.— respondí simplemente aunque si me dolía

—Estamos cerca del parque, te puedo invitar un helado.— ofreció y lo miré emocionada —Así te sentirás mejor.—

—Me encantaría uno de fresa.— dije y vi una sonrisa en su rostro

—Entonces de fresa será.— exclamó sin borrar aquella sonrisa

Seguimos nuestro camino, ahora Alex había pasado de estar preocupado a empezar a burlarse de cómo me había caído, fue inevitable no reírme con él

Llegamos al parque y fuimos al puesto de helados, pedimos y él pagó, después simplemente fuimos a sentarnos a una banca

—¿Quieres volver a casa en bici?.— cuestionó y negué

—Prefiero intentarlo mañana.— aclaré mientras comía mi helado

—Mañana tenía pensado encargarme de mi directo algunas horas, podemos salir después.— dijo y asentí —Aún es difícil creer que la chica que no salía y tenía tanto pánico ahora sale todos los días conmigo.—

—Es como una novela que vi hace algún tiempo.— conté y escuché como rio un poco —Es en serio, no te burles.—

Reí también y vi como comió un poco de su helado, el suyo era de chocolate, lo acercó para que lo probara así que lo hice

—Pensé que te podría quitar la costumbre de ver telenovelas, son malísimas.— se burló, aun así —Pero me siento obligado a escuchar de que trataba la novela que viste.—

Sonreí mientras me acomodaba para contarle, el clima era bueno y sentirme escuchada le agregaba el toque para que fuera perfecto

—Trataba de una chica con androfobia que se la pasaba encerrada en casa de su hermano hasta que por casualidad conoce al amor de su vida y él la ayuda a salir.— resumí —Es muy linda, la protagonista tenía de alias "Kiki", siento que incluso eso la hacía tierna.—

—¿Kiki? ¿Cómo el canto de los gallos, "Kiki-Riki"?.— cuestionó mientras volvía a reír —Es ridículo.—

—Tú no puedes burlarte, tienes de sobrenombre "Quackity".— discutí y me miró mal

—Te buscaré algún sobrenombre a ti también.— avisó y lo miré atenta —¿Kitty?.—

Ahora yo lo miré mal, ¿me creía gato?

—¿Por qué Kitty?.— cuestioné intentando buscar una buena razón para su sobrenombre

—Por ahí dicen que "Hello Kitty" significa "Hola demonio".— contó y ahora lo miré confundida —Para mí eres el diablo.—

—¿Quién dice que significa eso?.— pregunté sin entender

—Me olvidaba que tu no fuiste a la escuela como la gente normal.— dijo —Mis compañeros de primaria lo decían, puede ser una pendejada pero se me quedó grabado.—

Agarré el poco helado que me quedaba y se lo embarré en la nariz, él me miró asombrado

—Deberías ser más amable con tu esposa y no decirle demonio.— regañé y de nuevo escuché su risa

—Estoy intentando ser más amable contigo, pensé que lo estaba logrando.— se burló

Realmente había tenido un cambio de actitud muy drástico, no podía negar que ahora me sentía muy cómoda con él

—¿Qué dirían tus seguidores si supieran que estas casado?.— pregunté algo que de repente se me vino a la cabeza

—Conservo mi vida personal muy privada.— contó —Mantente tranquila con eso.—

—Igual no me preocupa, pronto vamos a firmar el divorcio ¿no?.— cuestioné y asintió

—Cuando eso pase al menos seguiremos siendo amigos.— dijo y asentí —Es la única cosa buena que sacaré de toda esta locura.—

—En eso tienes razón.— sonreí —Aunque ahora eres lo único bueno que tengo.—

Alex sonrió también y recargué mi cabeza sobre su hombro, yo ya no tenía helado, pero él si así que esperaríamos a que se lo acabara para volver a casa

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐔𝐂𝐓𝐎𝐑 [Quackity X Tú]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora