Amour - Felipe Otaño

XXII

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# capítulo 22 "Blas's house 2"
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El sonido de la alarma avisó que ya era momento de salir del cuarto.

— ¡Tiempo, ya pueden salir! —gritó Blas ilusionado, desde el día uno es el mejor fan de nuestro ship.

Pipe y yo salimos hablando, no teníamos pinta de haber hecho nada, es que no lo habíamos hecho. Tampoco me hubiera gustado acelerar las cosas por un jueguito, a veces es mejor esperar.

— ¿Y? —dijo Simón a Felipe mientras le daba un codazo.

— Nada. —le respondió.

— Que aburridos.

Para Simón todo era aburrido. Decía una vez más que decía esa palabra y le pegaba un piñón.

— No quisimos, Sim, no es ser aburrido.

— Ay bueno, no te enojes.

Un momento incómodo surgió, nadie se animaba a hablar, era cómo si no nos conociéramos ni tuviéramos confianza. Nadie tomaba la palabra hasta que Juani decidió hacerlo, él no se callaba nunca, si lo hacía era raro.

— A mi no me hicieron el verdad o reto.

— Cierto...—dije.— juani, ¿verdad o reto?

— Verdad.

Me quedé pensando un rato que podía preguntar, no tengo mucha imaginación para estas cosas.

— ¿Alguna vez has dudado sobre tu sexualidad? —le pregunté, ya que siempre había tenido la duda de que si alguna que otra vez se habia sentido atraído por alguien de su mismo género.

Juani se quedó pensándolo. Y mientras sonreía dijo:

— Sí... —hizo una pausa— cuando lo conocí a Simón.

Volvimos a las risas, porque sabíamos que no lo decía en serio. Ya el momento incómodo había terminado, ahora estábamos como antes.

— Basta boludo que tienen en mi contra. —nos dijo Simón haciéndose la victima.

— Te amamosss. —le dijo Fran. — yo mas que todos hermoso.

Nos quedamos boludeando un rato hasta que cayó la noche, era hora de cenar. Nos agarró hambre y no tuvimos mejor idea que pedir unas hamburguesas por delivery. Siempre hacíamos lo mismo pero es que éramos muy malos cocinando.

Sonó el timbre y yo fui a recibir el pedido.

— Hola. —saludo el repartidor.

— Hola, ¿cuánto sería? —pregunté mientras contaba la plata.

— A vos te lo dejo gratis si me das un besito. —dijo.

— En serio, ¿cuánto sería?

— Te lo estoy diciendo en serio.