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— No es justo..

— La vida no es justa, Lisa..— Dijo su amiga.— Creí que después de tantos años en la industria ya te habrías dado cuenta..

La pelinegra la miró con ojos empañados y sujetó su rostro con frustración. Podía sentirlo, podía sentir como fibra por fibra, su corazón se deshacia dentro de su pecho.

Lo que le decía su amiga era simplemente desgarrador, sobre todo porque no era nada más que la verdad. Aunque le doliera, debía alejarse de Jennie.

Luego de no renovar contrato con YG y de hacer publica sus empresas, no paraban de recibir hate por los artículos de los medios que aseguraban que existía una rivalidad entre ellas.

Todo en un comienzo fue llevadero, no era nada nuevo para ellas enfrentarse a las críticas coreanas. Después de todo, fueron un grupo tan amado como odiado, ya estaban acostumbradas a la vida pública. Los artículos falsos, las entrevistas falsas, los comentarios de los internautas. Todo había sido hasta el momento normal, hasta que salió aquella nota.

Una mañana, Lisa simplemente había despertado y se encontró con un alarmante mensaje de su amiga.

"No entres en pánico, sólo es una cortina de humo, ya lo olvidarán."

Lisa no había entendido aquello hasta que entró en un famoso foro coreano, dónde la noticia principal era ella. Bueno, Jennie y ella, de nuevo. Hasta ese punto, nada le sorprendía, pero cuando comenzó a leer la nota, pudo sentir como si su estómago hubiera caído a la altura de sus pies.

"Un anónimo filtró conversaciones personales de ambas.."

"Aparentemente Jennie y Lisa mantenían una relación durante su tiempo como compañeras.."

"Cree que la ruptura de la pareja fulminó la continuidad de Blackpink.."

"Estuvieron juntas y la empresa las ayudó a esconderse.."

"De amantes a rivales.."

Cuánto más leía Lisa, más fuerte era el pánico que se apoderaba de ella. No supo en qué momento pasó, pero se encontró en el suelo, tendida de rodillas y sintiendo como si el corazón le fuera a explotar. 

Sus manos temblaban, estaba hiperventilando, sentía que el departamento caería sobre su cabeza y entonces solo pudo llorar. Llorar durante horas, por mucho tiempo, hasta que sintió que sus ojos no podían más. Fue ese momento que llegó Minnie y la ayudó a recostarse.

— Es horrible lo que hicieron Lis, pero solo las están usando. Hay algo mucho más grande que esto y tratan de taparlo con estas fake news. Ya sabes cómo es..

Lisa asintió con pena. Le dolía la cabeza no más de lo que le dolía el pecho. Sentía desquebrajar poco a poco todo dentro de su cuerpo. No sabía exactamente qué era lo peor, si el hecho de que las usarán y acusaran solo para tapar otras porquerías.

O el saber qué aquellos chats eran ciertos.

Eran ciertos, pero no era ella. Conocía todo de Jennie, hasta el último de sus secretos. Sabía que, por ejemplo, acostumbraba cambiar el nombre de sus contactos para que nunca pudieran exponerla. Aquellos mensajes, eran ciertos. Pero aquella persona no era Lisa.

Y eso, era una puta mierda.

Porque las fechas coincidían con el momento exacto en el que Jennie le había jurado que no estaba saliendo con nadie.

Le había mentido, se lo ocultó. Y ahora ambas estaban siendo expuestas por las mentiras de Jennie.

A Lisa le rompió el corazón aquello. No más de lo que le dolió tener entender que, ingenuamente ella había creído que una vez fuera de YG, podría hablar con la coreana y confesarle que habitaban en ella un par de sentimientos que la traían un poco confundida desde hace tiempo.

Claramente, eso ya no sucedería.

Entonces fue que Minnie, ignorante a todo eso, le aconsejó tomar distancia de ella.

— Lis, mientras estén cerca, nunca van a dejarlas en paz. ¿Y sabes que ocurrirá? Se verán tan manchadas, que sus acciones caerán y las marcas dejarán de seguirlas. Sé que es una mierda, pero piénsalo.. Es eso o perder todo por lo que han luchado..

Miró a los ojos de Minnie, con tristeza y en silencio, tuvo que darle la razón. No quería, pero tampoco perdería todos sus sueños por alguien que ni siquiera pudo ser sincera con ella. Y no sólo se trataba de haberle ocultado algo, sino que su mentira las había arrojado a ese lío.

No lo valía. Aunque doliera mucho, tenía que aceptarlo. Jennie no valía todos sus sueños.

Confirmó eso cuando la coreana, aparentemente en un intento de parecer relajada, le había enviado un texto.

"Otra vez en la portada, ya es un poco aburrido ¿No?"

Se sintió tan ingenua al leer ello. ¿Realmente podía actuar como si aquello no fuera cierto? Era humillante.

"Parece ser la costumbre.."

Contestó con muy pocos ánimos. Cuando la coreana le contesto, todo aquel dolor que había sentido, ya comenzaba a solidificarse en algo más. Quizás molestia. Quizás rechazo. No supo entonces qué era, pero eso la llevó a responder el último mensaje que se enviarían.

"No hagas caso a todo eso, Lisa. Ya dejarán de fastidiarnos, espero. En algún momento se les acabaran las mentiras jaja."

Entonces ella solo pudo responder: "Por supuesto.."

Y fue todo. Jennie no volvió a escribirle, Lisa tampoco insistió. Mentiría si no dijera que no le rompió el corazón ver, con el pasar de los días, lo poco que a Jennie le había importado el hecho de que ella no volviera a enviarle nada.

Pero con el correr de los días, los meses y consecuentemente los años, entendió que quizás, Jennie le había hecho un favor. Era más fácil mantener su distancia sabiendo que a Jennie no le importaba. Porque si la coreana le hubiera insistido un poco, ella habría caído a sus pies.

No ocurrió. Y por eso, seis años más tarde, cuando tuvo que volverla a ver, no fue difícil recordar todo aquello para mantener la compostura.

Cuando volteó y la encontró allí, en medio de su despacho, cargada de aquella elegancia y seguridad que la distinguía, se repitió mentalmente que durante seis largos años, Jennie no había sido capaz de escribirle otra vez.

— Señorita.— Repitió y afirmó con la voz cargada.— Disculpe el error. Tome asiento, señorita Kim.

Hizo un ademán con la mano invitando a que tomara asiento y mientras acomodaba las mangas de la camisa que llevaba puesta, pudo observar como Jennie se acercaba cautelosamente.

No lo sabía, pero dentro de la coreana  todo era un desorden. Comenzando por el simple hecho de que, no había notado cuánto extrañó a Lisa, hasta que la vió a los ojos y vió que seguían siendo tan cálidos como lo fueron siempre.









Love G.

CEO | JenLisa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora