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Sentía un latido estresante y un agudo dolor en en tobillo izquierdo. Su cuerpo bañado en sudor estaba tendido en el suelo y todo le daba vueltas. Podía escuchar como su corazón corría a toda prisa y los pulmones poco a poco perdían el aire.

Entonces Lisa apareció, la miró con ojos grandes y angustiados, e intento levantarla del suelo con cuidado.

— ¿Jen, te hiciste daño?

La rubia le preguntaba con un tono bajo pero muy estrangulado. Mientras la ayudaba a sentarse, quiso decirle a Lisa que no estaba bien. Que el tobillo le ardía y sentía como si le fuera a salir el corazón en cualquier momento.

Pero no pudo decir nada, porque todas las dolencias fueron anestesiadas con las suaves caricias de la menor. Lisa le había tomado las manos y la observaba con aquellos ojos cafe profundos y cálidos que solo ella tenía. Aquel día, las palabras quedaron flotando en el aire y Jennie no supo entender por qué.

Justo como ahora.

Otra vez esos ojos examinando en profundidad y poniendo a prueba todos sus sentidos. Jamás pudo comprender porqué la mirada de Lisa era tan abrumadora. Quiso creer que era solo una idea suya, en realidad todo estaba en su cabeza.

Aún así, no lograba salir del trance del momento. Lisa aguardaba silenciosamente una respuesta, lo que fuera. Aunque le partiera el corazón. Cualquier cosa habría sido mejor que recibir solo silencio de la más baja.

Pero las palabras nunca llegaron, y Lisa volvió sobre sí misma para irse nuevamente hacía la ventana. ¿Por qué? ¿Por qué Jennie siempre tenía este efecto en ella?. Era tan doloroso y angustiante, si no fuera por sus años de experiencia como empresaria, se habría desplomado justo en el momento en que aquellos ojos alargados se clavaron en los suyos.

Volteó disimuladamente hacia su dirección y la vió ahí, con el contrato en las manos, leyendo con una calma que la destrozaba. Sus palabras solo sirvieron para corroborar lo que ya era un hecho: Jennie ni siquiera la había extrañado.

Aquello fue como una puntada en medio de sus recuerdos y sintió como sus ojos se humedecian. ¿Cómo había caído tan enamorada de aquella mujer? Era patética.

— Dime algo.— La voz de la coreana la llenó la oficina.— Si la mayor parte de las líneas son mías, ¿Por qué yo solo recibiría el quince por ciento, en comparación con ustedes?

— Dijiste que ya tenías dinero y no necesitabas más, ¿,Recuerdas? Esto es solo una propuesta, si en realidad quisieras renunciar a ello, no deberías cobrar ni un centavo.

La risa de Jennie la obligó a voltearse y le temblaron las manos cuando la vió mirarla con esos párpados entrecerrados.

— ¿Creen que soy idiota?.— Cuestionó.— Puede que no participe y que no necesite el dinero, pero no voy a renunciar a los derechos sobre estas canciones.

— ¿Es todo lo que te importa?

La pregunta salió disparada por si sola y fue como un fósforo yendo directo a la leña. Jennie enarcó una ceja y su sonrisa se transformó en una mueca rara.

— ¿A caso existe algo más que deba?

Entonces Lisa estalló y no fue capaz de controlar su voz, sus gritos o su decepción al oírla hablar de esa manera.

— Claro..— Rió sin ganas la más alta.— Quién podría importarte a ti, jamás puedes ver un poco más lejos que tu nariz. Siempre has sido así, una maldita egoísta. Supongo que tuvieron razón al decir que fuiste tú quien acabó con Blackpink.

No quiso decir en realidad aquello, solo estaba molesta y dolida, pero la frase simplemente abandonó sus labios y se arrepintió apenas vió cambiar la mirada de Jennie.

— Eres una hipócrita.— Escupió con más dolor del que habría deseado.— ¿Yo egoísta? ¡Mierda, Lisa, fuiste tú quien se alejó para proteger su dinero!.— La más alta pudo sentir como su rostro se desencajaba al oírla.— ¿Cómo puedes siquiera atreverte? Cuando todo el mundo me atacó, fuiste la primera en irte.

— ¿De qué hablas?

— Tu sabes de qué hablo.— El tono de Jennie fue bajo y lento. Casi igual que una cuchilla con una hoja afilada.— La última vez, ni siquiera te importó hablar conmigo.. Yo te necesitaba, necesitaba tu apoyo y tú decidiste alejarte..

Algo en aquella frase había producido que el estómago de la tailandesa se revolviera con asco. No quiso creer que era culpa, así que solo guardó silencio esperando a que la mayor terminara de hablar.

— Te alejaste y durante meses la prensa me comió viva, estuve a punto de perder todo..

Lisa vió los ojos de Jennie desbordados en lágrimas y no pudo entender de dónde venía todo ello. Estaba completamente desorientada. ¿Ella se alejó? ¿Es que de verdad había sido así

— No me alejé..

— Si lo hiciste, y creíste todo lo que la prensa dijo de mi.. Te conozco, Lisa. ¡Mierda! Creí que te conocía. Tú no sabes cuánto dolió esa mierda.

Finalmente el despacho quedó en silencio, con apenas una respiración errática haciendo eco. La de Jennie. Que sujetaba frustrada su cabello con los codos apoyados en la madera.

La pelinegra pudo sentir cómo si todo el peso de años le cayera encima. Ver a Jennie desmoronarse frente a sus ojos fue un golpe bajo. Entonces recordó, tuvo una especie de Dejá Vu, y se vió nuevamente años atrás, cuando Jennie era la presa fácil de todos los medios y sufría ola tras ola de ataques.

También recuerda cómo sintió que la tierra se detenía sobre su eje cuando la noticia de Taehyung salió. Todo el rumor de que estaban juntos, las pruebas, todo lo había visto con sus propios ojos. Parecía tan cierto, y sin embargo Jennie explicó a la pelinegra la verdad detrás de todo eso.

— Yo.. Lamento por haber desconfiado de ti..— Dijo apenada una vez que la coreana terminó de hablar.

— Lis.. Yo sé que a veces todo parece muy real, pero debes confiar en mí, yo siempre he sido honesta contigo..

Su corazón de pronto se detuvo cuando Jennie la tomó de la mano y apoyo la cabeza en su hombro. Podía sentir como sus mejillas comenzaban a quemar y su respiración quedó colgada.

— Y soy honesta contigo, porque no hay nada que me aterre más que perderte..

Lisa recordó aquello con un sabor amargo en su boca. El mismo que ahora Jennie sentía. ¿Por qué se había alejado de Lisa? Porque la abandonó. O al menos eso sintió.

Jisoo intentó convencerla, incluso Rosé. Pero no, ella se negaba a creer que Lisa solo estaba haciendo lo mejor para ambas. Porque incluso perder su empresa o su dinero, habría dolido menos que perderla a ella.

Lisa hizo simplemente algo que Jennie jamás hubiera puesto en duda.

Cuando la castaña alzó la cabeza y miró a Lisa aún estática en su lugar, trató de retomar la cordura. Tomó la pluma y sin siquiera pensarlo, firmó todas las hojas de aquel contrato y una vez que terminó, miró a Lisa sin un atisbo de pena.

— Tienes razón.. Solo el dinero me importa.— Su voz sonaba tan fría.— Solo me importa el dinero, porque cuando me importaste tú, casi lo pierdo todo. Así que, Lisa, no intentes siquiera juzgarme.

Tomó su maletín con firmeza, dejó la pluma dónde estaba y caminó sin dudarlo hasta la salida.

— Mucha suerte con sus shows.






Love G.

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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CEO | JenLisa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora