𖤐 01 ⭒๋࣭⭑

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Un penetrante dolor en todo mi ser me despertó de mi profundo sueño, por lo que me senté débilmente y abrí los ojos aun aturdida por la sensación que recorría mi cuerpo. En cuanto los abrí me encontré con el espeluznante paisaje de un campo lleno de lápidas. Miré mis brazos confundida y para mi mala suerte, devuelta había sangre en ellos. Me levanté adolorida y en un intento de caminar de manera firme,  me acerqué a una canilla que se encontraba cerca de mi sitio de descanso y la abrí para remojar mis brazos allí. Miré detenidamente y al parecer las heridas se habían vuelto a abrir, lo que hizo que rodara los ojos por la idea.

- Esto ya se está volviendo costumbre...- y era bastante desagradable. Suspiré cansada y cerré la canilla para dirigirme a mi lápida correspondiente.

Lo único que tenía ganas de hacer en ese estado era dormir, por lo que no me apetecía rondar por la ciudad solo para escuchar los gritos ahogados de otros condenados pidiendo ayuda a los humanos.

Ya a unos metros, pude visualizar a alguien sentado al lado de mi tumba. Sin ganas de devuelta aguantar a otra alma, me acerqué impaciente y le dije.

- ¡Yah! Esta no es tu lápida, vete a buscar la tuya.

Ya me había sucedido que algunos que merodeaban por allí terminaban en mi tumba, estorbandome cuando yo solo quería estar tranquila.

Al ver que no respondía me senté al lado de él e intenté sostenerlo del hombro para que me prestara atención, pero mi mano pasó de largo lo que me dejó con la quijada en el suelo.

Al darme cuenta de lo que sucedía, me senté en frente del mortal para verle la cara y así, quizás y solo quizás si se me era concebido, reconocerlo o hasta recordarlo.

Sus ojos tenían un celeste vibrante hipnotizante, tales como los míos, y su pelo era castaño claro, que se asemejaba al color de la miel. En sus manos traía unas rosas amarillas, lo cual me pareció extraño para la situación pero bonito a la vez. Su aspecto me daba entender que era menor que yo.

- Nuestra casa no es lo mismo sin ti...- lo miré disgustada al escucharlo.

« ¿Éramos novios? Pensé que eras mi hijo »

- Nuestra familia sigue hechandote la culpa, y ni hablemos de la familia de tu ex...

- ¡Dios Santo! El drama me persigue hasta muerta.

- Yo sé que no hiciste eso, te conozco de toda la vida y no eres capaz...- por sus ojos brotaron lágrimas y me estremecí en mi lugar incómoda por sentirne obligaba a presenciar eso. - Ese no es el punto, te traje flores, tus favoritas.

Dejó el ramo al lado de mi lápida y no pude evitar mirarlo detenidamente, se me hacían muy bonitas las rosas amarillas.

- Para que sepas actualmente prefiero los tulipanes pero gracias.

El empezó a actualizarme de su vida, a lo que me costó prestarle atención al principio, no estaba acostumbrada a las visitas desde que había empezado mi estadia allí. Había pasado tanto tiempo que me tragué la idea de no haber tenido una familia. Me alegró la idea de tener gente que me visitara, hasta que empezó a arrancar el pasto del suelo.

- ¡Niño qué haces! Yo ya mantego mi lugar limpio y ordenado como para que me los desacomodes - rodé los ojos e intenté mantener la calma.

En cuanto se fue, mi cabeza empezó a repetir toda la información que me había dicho y la curiosidad no se tardó en venir. ¿Qué diablos había sucedido para que solo mi hermano menor fuera a visitarme? Quería poder tener respuestas o simplemente tener algun recuerdo, saber como era mi vida, ni siquiera sabía el nombre del muchacho.

Sin mucha seguridad de lo que iba a hacer, me dirigí a la ciudad que se encontraba a pocos kilómetros de mí querido cementerio.

En cuanto llegué al centro, me sorprendió la cantidad de personas que se encontraban caminando, se notaba que era hora pico.

Me quedé parada en medio del alboroto de humanos en cuanto ví a lo lejos a un ángel pasando por el lugar.

A medida que él se acercaba, menos segura estaba de lo que iba a hacer, hasta que abrió sus ojos y me miró directamente. Entonces dejó de volar en dirección a dónde iba y se mantuvo en el aire mientras me miraba fijamente.

«Ahora o nunca»

Trip to Heaven || Jeongin; Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora