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𝖥𝖮𝖴𝖱𝖳𝖧 𝖬𝖮𝖭𝖳𝖧

Jisung estaba feliz, su barriguita se estaba comenzando a notar, la acarició y sintió sus ojitos cristalizarse, no había sido hasta ahora que sentía que tenía a su bebé dentro de su vientre.

Minho no se encontraba en casa, últimamente su trabajo se había vuelto más duro por lo que llegaba más tarde a casa y eso lo hacía sentir triste ya que no pasaba mucho tiempo con su amado novio pero intentaba controlar sus emociones, eso no era bueno para el bebé.

Se sentía tan solo últimamente, la única compañía que tenía era Felix que venía de vez en cuando a consentirlo con dulces caseros que hacía con Changbin, esa era la mejor parte de su visita.

El castaño tomó su teléfono y le escribió un mensaje a su amigo, no quería estar solo encerrado en esas cuatro paredes, él quería salir, tomar aire y comer algo delicioso.

Félix contestó su mensaje en cuestión de segundos, con una sonrisa en el rostro se cambió de ropa y esperó a que su amigo pasara por el.

- Si que esta grande.

Yongbok sonreía tocando la barriguita de Han, estaba más crecida que la última que lo vió.

- Voy a llorar, voy a llorar. - Se alejó Felix palmeando sus mejillas, se sentía muy feliz por su amigo y le encantaba pasar tiempo con él.

- Pero que emotivo momento ven mis hermosos ojos.

Un peli blanco muy sonriente se acercaba a ellos, ambos amigos se levantaron a recibirlo con un gran abrazo.

- ¡JEONGIN! - Lloriqueó el castañito.

No había visto a su cuñado en varios meses y todo porque se había ido de viaje con su esposo Hyunjin y su pequeño hijo Sunghoon.

- Quería darte una sorpresa y veo que lo hice. - Sonrió el mayor palmeando suavemente la pancita de Jisung - ¿Cuántos son? ¿Cinco, seis...?

Jisung negó sonriente, como había extrañado a su amigo tanto que ya estaba aferrado a él como un Koala.

- Cuatro mesecitos.

- Te digo, Hannie, un bebé es una bendición y sé que tú y Minho serán unos padres maravillosos.

- Jeongin, me vas a hacer llorar...

Fue una tarde tranquila y agradable, los amigos se pusieron al día y comieron hasta quedar llenos, excepto Han, quién había comido más, pero aún así seguía con hambre.

Fue una tarde tranquila y agradable, los amigos se pusieron al día y comieron hasta quedar llenos, excepto Han, quién había comido más, pero aún así seguía con hambre

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- ¡ME DUELE LA ESPALDA! - Jadeó dando pataditas en el regazo de Minho.

Hace una hora que Minho había regresado del trabajo y como siempre Jisung lo recibió con besos y abrazos, todo bien hasta que de nuevo los cambios de humor atacaron al castaño.

- Mi amor, ¿quieres qué te haga un masaje?

- ¿Harías eso por mí? - Soltó enternecido con lágrimas en sus ojos.

- Haría todo por ti. - Dijó acariciando su labio inferior con sus dedos.

- ¿¡Y TE VAS A QUEDAR AHÍ MIRÁNDOME O ME HARÁS EL JODIDO MASAJE!?

𝖲í𝗉, 𝗌𝖺𝖻í𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝖽𝗎𝗋𝖺𝗋𝗂𝖺 𝗆𝗎𝖼𝗁𝗈 𝖾𝗅 𝖲𝗎𝗇𝗀 𝗌𝖾𝗇𝗌𝗂𝖻𝗅𝖾.

Ambos subieron a la habitación, Jisung se quitó su camisa en el trayecto cómo también quitó sus pantalones.

- Tus caderas están más grandes.

𝖴𝗁 𝗈𝗁, 𝖼𝗋𝖾𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝖽𝖾𝖻𝗂 𝖽𝖾𝖼𝗂𝗋 𝖾𝗌𝗈, 𝗉𝗈𝗋 𝗎𝗇 𝖽𝖾𝗆𝗈𝗇𝗂𝗈.

- ¿¡ME ESTÁS LLAMANDO GORDO!?

Jisung comenzó a llorar mientras se veía al espejo viendo que sus caderas si estaban más grandes.

- Bebé, por favor, estás hermoso, recuerda que todo es por nuestro bebé.

Minho dijo dulcemente colocando sus manos en la pancita de Han, mirando los hermosos ojos oscuros de su novio.

- Fóllame.

Minho casi se atraganta con su propia saliva, ¿de nuevo tan repentino?

- Pero-

- Me excita cuando hablas así, me pone tan caliente.

El castaño se abalanzó sobre Lee atacando sus labios en un duro y salvaje beso, estaba desesperado por sexo y eso obviamente no molestaba al pelinegro, al contrario, le encantaba, solo que aún no se acostumbraba que Han pasara de histérico a cachondo en menos de dos segundos.

- Lo que ordene mi precioso be-

Sin dejarlo terminar, Jisung lo tiró a la cama. Sí, Minho lo estaba disfrutando, dejar que su lindo novio tenga el control de vez en cuando no estaría nada mal.

Le encantaba ser -por así decirlo- el muñeco sexual del castaño, amaba que hiciera con su cuerpo lo que él quisiera, lo encendía tanto.

- Lee Minho, eres tan caliente, quiero sentirte dentro de mí, que me folles duro.

Lo adoraba.

100224

𝙗𝙖𝙗𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora