Jisung no pudo pegar el ojo en toda la noche, los mareos habían disminuido para su suerte, pero ahora las ganas de orinar eran lo que lo mantenían despierto. Se levantó cinco veces a orinar en la noche, incluso tuvo que cambiarse de pantalones por unos leggins pre-natales que su amigo Felix le había obsequiado.
Su barriguita había aumentado el doble de su tamaño, estaba muy grande, tanto que Jisung, quién acostumbraba a dormir boca abajo ahora tenía que acostumbrarse hacerlo con la mirada en el techo, fue molesto al principio, pero pudo manejarlo.
Y eso no era todo, tenía que comer mucha fibra para el estreñimiento, la doctora Park le había dicho que evitara pujar porque la presión podía dañar al bebé. Sus piernas se habían inflamado y el cansancio hacía que respirara con dificultad.
Lo único bueno era el sexo, uff. La ansiedad sexual de Han aumentaba cada vez más, teniendo sexo en todos los lugares de la casa, eso era lo que Minho disfrutaba más, aunque ver el crecimiento de su bebé también lo emocionaba y lo volvía sensible.
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- ¿Quieres qué sea niño o niña? - Preguntó Jisung sonriente aferrado al brazo de Minho.
Hoy les tocaba consulta con la doctora Park, por fin verían el sexo de su bebé y estaban muy emocionados.
- No importa si es niño o niña, lo amaré igual. - Sonrió el pelinegro saludando a la doctora.
- Por favor Jisung, siéntate allí. - indicó Soo Young colocando sus guantes.
Han hizo lo que le pidió, la pelirroja alzó su camisa y lo recostó en la camilla, aplicando gel en su pancita para monitorear a su bebé.
- Alli, ¿pueden verlo? - Señaló la pequeña pantalla.
- ¿Es niña o niño?
Jisung estaba ansioso, ya quería saber, todos estos días absteniéndose a comprar ropa y juguetes y poder decorar su habitación. Él ya quería saber.
La doctora rió y señaló de nuevo el monitor.
- Hay esta su cabecita, sus bracitos y piernitas.
MinHo estaba enternecido viendo a su lindo bebé, se prometió no llorar, pero fue inevitable, las lágrimas ya salían de sus ojos.
- ¿Pero es niña o niño?
- Cariño, no seas impaciente. - Reprochó el pelinegro apretando su mejilla.
- Es que quiero saber...
El castaño hizo un puchero viéndose adorable, sería un padre muy tierno y algo infantil.
- ¿Ven eso?
Ambos chicos miraron, pero al no saber que ver exactamente se miraron entre sí confundidos.
