III

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Salimos del hospital y papá se quedó, le tocaba turno hasta tarde, dijo que lo veríamos en casa, fuimos dónde mis abuelos vivían
- ¡Mis pequeños, que gusto verlos!- gritó mi abuela, saliendo de la casa
- Hola, abuelita- dije, bajando del carro y abrazándola
- Abuela de mi vida, que alegría los ojos que la ven- comentó Jack, saludando a mi abuela
- Siempre adulador, Jack- entramos a la sala y mi abuelo tocaba el piano, cuándo terminó, mamá, Jack y yo, aplaudimos
- Que sorpresa, niños... Karina ¿que los trae por acá?-
- Los chicos querían visitarlos, suegro- comentó mamá, saludando a mi abuelo
- ¿Y mi querido hijo, dónde está?- preguntó mi abuela, trayendo una bandeja con unas tazas, mis abuelos son originarios de Inglaterra y ellos siempre toman té para conversar
- Le tocó doble turno... llegará más tarde-
- Ohh, tenía ganas de verlo- dijo mi abuela, nos sentamos en la sala y conversamos, mi abuela sin querer preguntó por el tema que me incómoda
- ¿Tienen noticias de Hans?- agaché la mirada
- Lia...- la retó mi abuelo
- Sólo quería saber cómo está- se defendió mi abuela
- Lo quieren desconectar...- susurré, bajando la mirada, amenazando las lágrimas por salir
- Hija...- mamá se sentó a mi lado con rapidez
- Estoy bien...- dije, dejando salir lo que sentía, mamá me abrazó y lloré durante largo tiempo hasta que me sentí agotada
- Deberíamos irnos- dijo mamá, haciendo que me separé de ella
- Mamá me siento mal...- me sentía mareada y con náuseas
- Estás emocionalmente cansada, cielo...- me tocó la frente -... tienes algo de temperatura, Jack, coje a tu hermana en brazos- ordenó mamá y Jack obedeció
- Lo siento mucho, mi niña, no quise ofenderte- escuché decir a mi abuela
- No se preocupes, suegra, no hay problema- salimos de la casa y Jack me colocó en el asiento del carro
- Nos vemos, mi niña- mi abuela me beso en la frente

Llegamos a la casa y papá se acercó a nosotros
- Cielo ¿te sientes bien?-
- Tiene temperatura y está algo desorientada- dijo mamá, papá me cargó, llevándome a mi habitación
- ¿Será de llevarla al hospital?- sugirió papá a lo que un escalofrío recorrió en mi espalda
- No...- susurré, temblando, sentía frío, mucho frío
- Frío...- papá me acostó en la cama
- Haré que se cambié de ropa...- dijo mamá -... trae unos trapos húmedos- indicó para papá
- Volveré enseguida- papá salió y escuché la voz de Jack
- Papá ¿Michelle está bien?-
- Tu hermana ha pasado por mucho últimamente y por eso no se está sintiendo bien- la voces se escuchaban muy lejanas y me sumergía en la inconciencia
- Hija, no te duermas, necesito que te cambies de ropa- sentí que me sacaban mi ropa y me colocaban otra
- Pasen...- ya no podía seguir escuchando lo que sucedía alrededor
- Michelle... hija... escuchas...-

Estaba en una biblioteca, pero llenas de puertas, entre en una puerta café que me dirigió a una pequeña sala con un comedor
- Hola ¿hay alguien aquí?-
- Acércate, pequeña- fui hacia el comedor y un ancianita estaba sentada en una de las sillas
- Toma asiento ¿Té?- hice lo que me pidió
- ¿Qué hago aquí?-
- Estás en el Limbo... una biblioteca donde vienen las almas perdidas que buscan su camino o los caminantes de sueños, cómo tú-
- Es la primera vez que vengo- dije
- Quizás ya haz venido... pero de manera inconciente-
- ¿Almas perdidas? O sea...-
- Así es... las personas que están en coma y buscan la manera de regresar, sin embargo... no todos escogen la puerta correcta-
- ¿Ha visto a un chico pelirrojo?-
- No todos pueden entrar aquí... sólo personas con habilidades especiales-
- Ya veo...- me ofreció la taza y bebí un poco, pero no me supo a nada
- Esto no tiene sabor-
- Es porque tu alma no capta nada eso... tienes que volver a tu cuerpo, pequeña- me pare y fui hacia la puerta por la que entre, la miré por encima de mi hombro
- Ve... tu desición es correcto... aprovecha todas tus oportunidades, Michelle, tal vez puedas salvarlo- dijo ella, mientras traspasaba la puerta

Desperté en mi habitación, mamá estaba entrando al cuarto con un aspecto algo cansado
- Mi cielo, por fin despiertas-
- ¿Qué hora es?- mi voz sonó ronca, cómo si hubiera gritado demasiado
- Las ocho de la mañana, cielo ¿tienes hambre?- me senté con lentitud, a pesar de haber dormido, me sentía agotada mentalmente
- Si... ¿y papá?-
- Está abajo con tu hermano... te traeré el desayuno, cariño, después bajas, tenemos que decirte algo- eso no sonaba alentador, mamá salió y me arrimé al espaldar, sumergida en mis pensamientos:
Era la primera vez que iba a ese lugar... de manera consciente, sin embargo, no dejó de pensar que Hans también pudo estar ahí... o quizás siga por ahí... buscando la salida de esa biblioteca.
Un dolor de cabeza llegó de la nada y una voz irreconocible se escuchaba de fondo, mi collar parpadeaba, pero decidí ignorarlo poniéndome de pie y me acerqué a mi armario, saqué un vestido blanco hasta las rodillas manga larga que mostraba los hombros, me quité la pijama y me puse el vestido, cogí unas sandalias celeste, me las puse y entré al baño a lavarme, me asombré al ver mí aspecto: tenía ojeras, mi piel morena pálida, mi mirada usualmente animada, estaba apagada y cansada, mi cabello negro alborotado, no me reconocía... abrí la llave del lavadero y mojé mi rostro, después me lavé los dientes, me hice una trenza y salí del baño
- Ya era hora, iba a tumbar la puerta- dijo Jack, arrimado al marco de la puerta
- Muy gracioso...- se alejo del marco, preocupado
- Tengo un terrible aspecto ¿verdad?- pregunté, asustada por la forma que me miraba
- Estás en la mierda, Michelle- respondió el con sinceridad
- Gracias por decirme la verdad, cubito-
- Vamos rápido abajo, tenemos que mostrarte algo-
- Ya basta de tanto misterio ¿qué mierda es?-
- Sólo bajemos- me sacó del cuarto
- Jack, tengo horrible aspecto... debería ponerme hacer más dibujos para enviar a Roberth y...- mis palabras se quedaron en la boca cuándo todos estaban al pie de la sala, mis amigas, mamá, papá, mis abuelos, la tía Elizabeth, el tío Víctor con su esposa Beatrice y mi prima Aria... bueno, toda mi familia, había guirnaldas en el techo y un cartel con la frase 'Fuerza, Michelle, todos te apoyamos' sonreí con lágrimas en los ojos
- Wow, gracias a todos-
- Sabes que siempre te apoyaremos- dijo Nathalie, acercándose con las chicas, Mia también se acercó y nos dimos un abrazo grupal
- Las quiero tanto, chicas- nos separamos y la Familia se acercó a saludarme, después de tantos saludos y palabras de aliento, me acerqué a la mesa a comer algo, mi estómago rugía por tantas golosinas en la mesa
- Hola ,Michelle- dijo una voz a mis espaldas, volteé con un pedazo de cupcake en mi boca
- Hola, Oliver- dije, después de masticar
- Parece que estás muerta de hambre-
- Tantos comentarios de lástima y pena me abrieron el apetito- respondí, mientras seguía comiendo el cupcake, pero me detuve al sentirme algo aturdida
- Wow ¿estás bien, Michelle? Estás pálida-
- Si, si, es sólo...- me tambalee y Oliver me agarró de los hombros
- Michelle ¿qué sucede?- mis ojos se cerraban y mis piernas se debilitan
- ¡Señora Sullivan, algo le sucede a Michelle!- caí de rodillas y Oliver me apoyó en su pecho... después todo se volvió oscuro

𝕃𝕒_𝕔𝕙𝕚𝕔𝕒_𝕊𝕒𝕟𝕔𝕠𝕖𝕦𝕣

Las Crónicas de Michelle SullivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora