El ir y venir de sus habitantes, Kim Ji-Hye, una simple humana que ha compartido cada día de su vida con sus dos mejores amigos, Sunoo y Jungwon, quienes poseen estripes vampíricas, se ven envueltos en un inesperado encuentro con un guardia noctívor...
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Sunoo se encontraba completamente desorientado, sin saber qué hacer y la situación solo empeoraba más. Jungwon estaba completamente agitado, su cuerpo temblando y cubierto de un sudor frío. Sunoo trataba de calmarse mientras miraba a su amigo, sintiendo que cada minuto la situación se volvía más desesperada.
"Jungwon, por favor, cálmate," rogó Sunoo, con su voz temblando. "¿Qué está pasando? ¿Por qué te sientes así?"
Jungwon apenas podía hablar, sus palabras salían en fragmentos entrecortados. "Es... es insoportable... no sé cómo... controlar..."
Sunoo, con los ojos nublándose por las lágrimas, estaba al borde de perder la cabeza. Su voz temblaba mientras le rogaba a Jungwon con desesperación. "Por favor, Jungwon, dime qué quieres que haga..."
Jungwon, con una expresión de dolor, miró a Sunoo con intensidad. "Muérdeme... Sunoo por favor, hazlo."
Sunoo, completamente atónito, le respondió con incredulidad. "¿Qué? ¡No, no puedo hacer eso!"
Pero Jungwon, desesperado, suplicó. "¡Por favor, Sunoo! ¡Solo hazlo!"
Sin saber qué más hacer, Sunoo se acercó lentamente, su rostro reflejando angustia y desesperación. Cerró los ojos y, con un temblor en las manos, hundió sus colmillos en el cuello de Jungwon. El momento se sintió eterno.
Sunoo comenzó a agitarse, sintiendo la sangre cálida y espesa fluir lentamente, sintió cómo la sangre comenzaba a resbalar por su boca, su sabor metálico llenando cada rincón de su ser. La mezcla de sensaciones lo abrumaba, y no podía distinguir claramente lo que sentía.
"Ahhh..." Jungwon dejó escapar un quejido, su cuerpo temblando ligeramente. Sunoo escuchó el sonido, pero no podía separarse. La cercanía del olor de Jungwon, su aroma y la calidez de su sangre lo envolvían en una sensación embriagadora. Era la primera vez que estaba tan cerca, de esa forma de su amigo.
"Sunoo..." Jungwon volvió a quejarse. Sunoo, aunque casi en trance por el sabor y olor de la sangre, logró escuchar el llamado de su amigo. Sin embargo, la sensación de que el cuerpo de Jungwon se volvía cada vez más frío le hizo sentir un escalofrío.
Sunoo sintió cómo el cuerpo de Jungwon, frío caracteristico de los vampiros, se volvía aún más gélido bajo sus manos. La desesperación comenzó a invadirlo, y el dolor en su corazón se mezclaba con la ansiedad por el estado de Jungwon. Con un esfuerzo titánico, finalmente logró apartarse, mirando a su amigo con preocupación mientras la sangre escurría lentamente por sus labios.
Sunoo, con lágrimas escurriendo por sus ojos, miró a Jungwon con desesperación. "Jung...won," susurró en un hilo de voz, su corazón latiendo con fuerza mientras observaba a su amigo desvanecido bajo él.
Jungwon yacía inmóvil en el suelo, su piel cada vez más pálida, claro, si podía ponerse más paliada de lo que ya era.
