Regreso a la cabaña

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Jay se despidió de Jungwon, Sunoo y Ji-hye, observándolos mientras se alejaban

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Jay se despidió de Jungwon, Sunoo y Ji-hye, observándolos mientras se alejaban. Luego, se giró y comenzó su camino de regreso a la cabaña. Mientras caminaba, no podía dejar de pensar en el niño que había visto.

Sus pensamientos revoloteaban, intentando darle sentido a lo que había percibido. Jay estaba seguro de lo que había visto, sus ojos no le mentirían, lo había visto claramente.

El niño no parecía normal. Aunque acababa de encontrarse con dos pequeños vampiros, había algo en este chico que lo inquietaba. Si el niño era humano... ¿estaría bien? ¿Tendría frío? ¿Podría estar herido? Las preguntas inundaban la mente de Jay mientras caminaba de regreso a su cabaña.

Se preguntaba si el niño estaba solo o si alguien más lo estaría buscando. ¿Qué hacía tan cerca del bosque? La preocupación comenzó a apoderarse de él. Si el niño era humano, entonces estaba en peligro. Jay sabía que no podía dejar esas preguntas sin respuesta.

Se reprochaba a si mismo el no haber estado más alerta, no haber usado sus sentidos agudizados para detectar cualquier indicio de peligro.

Pero en aquel momento, solo vio que eran unos niños, y él no había tenido motivo para estar alerta. Se detuvo de golpe al escuchar un grito.

Se puso alerta, tratando de descifrar de dónde había salido aquel grito. Sonaba como un niño... sí, tenía que ser aquel niño que vio. El grito volvió y pudo identificar de qué dirección provenía. Movió sus ojos y allí, un poco lejos de donde estaba, en lo alto de un gran árbol, vio algo manoteando.

Jay se apresuró a correr, y cuando quedó justo debajo del árbol, lo vio claramente: el mismo niño rubio y de piel pálida estaba atrapado en una rama. Su camisa se había atorado y colgaba peligrosamente, a punto de romperse. Sin esperar más, Jay se lanzó hacia arriba de un salto, logrando llegar a la rama. En un rápido movimiento, tomó al niño y saltó hacia abajo, aterrizando suavemente en el suelo nuevamente.

El niño temblaba de miedo, y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Jay lo sostuvo con cuidado, asegurándose de que estaba a salvo.

"Estás bien, pequeño," dijo Jay con voz calmada, tratando de reconfortarlo. "No te preocupes, ya estás a salvo."

Lo miró con atención. "¿Cómo te llamas?" preguntó con voz suave.

El pequeño, con la voz entrecortada por la emoción, respondió: "Hyung, por favor, ayúdame a encontrar a mi hermano".

Su voz hizo eco en el vacío del bosque, y entre sus lágrimas y el tormento de la situación, el niño finalmente se presentó: "Hahaha... hahaha, soy... soy Luminis"

Jay se quedo pasmado al escuchar aquel nombre, como si una bruma gélida lo envolviera de repente, reconoció de inmediato ese alias, un nombre común entre los de su estirpe y su estirpe hermana.

𝑬𝒩𝑯𝒀𝒑𝑬𝒩 ✧ 𝑬𝑳 𝑫𝑬𝑺𝑷𝑬𝑹𝑻𝑨𝑹 𝑫𝑬 𝑳𝑶𝑺 𝑽𝑨𝑴𝑷𝑰𝑹𝑶𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora