El ir y venir de sus habitantes, Kim Ji-Hye, una simple humana que ha compartido cada día de su vida con sus dos mejores amigos, Sunoo y Jungwon, quienes poseen estripes vampíricas, se ven envueltos en un inesperado encuentro con un guardia noctívor...
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Jay miró al pequeño Ni-ki . "Vamos, Ni-ki, ve a bañarte."
Ni-ki, con el ceño fruncido y un puchero en los labios, cruzó los brazos. "No quiero, Jay hyung. ¡Es aburrido!"
Jay suspiró, tratando de mantener la calma. "No tiene que ser divertido, solo tienes que bañarte para estar limpio."
Ni-ki siguió protestando, pero el tono firme de Jay y su mirada decidida hicieron que finalmente cediera. "Está bien... iré a bañarme."
Jay sonrió con satisfacción al ver que el niño se dirigía al baño, aunque un poco a regañadientes. Una vez que Ni-ki estuvo en el baño, Jay se dirigió a su armario en busca de algo pequeño que pudiera prestarle al niño.
Entre tanto rebuscar, Jay finalmente encontró una camisa que había tenido desde que llegó a Sunshine City. Era mucho más pequeña que la talla que él usaba ahora, por lo que sería perfecta para Ni-ki. En cuanto a los pantalones, le costó un poco más encontrarlos, pero finalmente encontró un par que podría servirle a el pequeño.
Con la ropa lista, Jay la colocó en un lugar visible dentro del baño para que Ni-ki la viera al salir de la ducha.
Después de un rato, Ni-ki salió del baño ya vestido con la ropa que Jay le había encontrado. La camiseta le quedaba un poco grande, pero se veía muy bien en él. Cuando Jay lo vio, le dijo con una sonrisa, "Te ves genial, Ni-ki."
Ni-ki, con una sonrisa tímida, se sonrojó un poco. "¡Gracias, hyung!"
Jay asintió y añadió, "Bien, lo primero que haremos será ir a tu casa. Después, veremos qué más hacer."
Ni-ki hizo una mueca, claramente dudoso. Jay lo miró con curiosidad y preguntó, "¿Recuerdas dónde vives, verdad?"
Ni-ki asintió, pero luego dijo, "Sí, pero... vivo a las afueras de Sunshine City."
Jay se sorprendió al escuchar eso. "¿A las afueras? No pensé que vivieras tan lejos. ¡Eso es un buen trecho desde aquí!"
Ni-ki encogió los hombros. "Sí, lo sé."
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Sunghoon y su amigo seguían su camino, ya más tranquilos después de perder a los chicos que los seguían. Sunghoon, con una sonrisa traviesa, miró al más bajo y dijo, "Tengo una idea."
El chico bajito, conociendo a su amigo demasiado bien, comenzó a negar inmediatamente. "No, no. No sé lo que tienes en mente, pero sé que no es buena idea, así que nooo."
Sunghoon rió, colocando una mano en el hombro de su amigo. "Vamos, no seas aguafiestas. Jake solo escucha, ¿sí?"
Jake suspiró, resignado. "Está bien, dime qué es, pero te advierto, si es algo loco, no cuentes conmigo."
