uno

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La vida se dedica a mearme.

Estaba en un aula nueva, en una escuela nueva con muchos compañeros nuevos.

¿A quien se le ocurre cambiarme de escuela en pleno invierno, osea, a MITAD DE AÑO? a mi vieja nomás.

Por suerte conocía a dos o tres pero solo por haber ido a la primaria con ellos. Pero eso no quitaba el hecho de que me sentía totalmente vigilada por los treinta pares de ojos que habitaban esta aula.
Se supone que serian mis compañeros de vida y que cuando termine el secundario no los voy a querer despedir.

Se me hace difícil de ver, la mayoría son medio raritos, no puedo verme con ellos, a simple vista no.

Nadie me dio una bienvenida, el rector me dijo cual era mi aula y ya, el resto me arreglaba sola.

No me animé a sentarme en ningún banco, yo odiaría que alguien nuevo me lo saque, así que espere a que entrara la mayoría y acomodarme en el que quedé libre.

Había llegado bastante temprano, fui analizando de a poco los grupos.

En las dos hileras de bancos del fondo estaba un grupo de chicos, cagandose d risa, con apariencia "normal" por así decir, un poco tinchos. Salvo uno, parecía mas turro que ellos, pero de igual manera parecían llevarse muy bien.

De la nada llegó una chica, riéndose con sus amigas, para luego armar el primer papelón de la
mañana.

— ¡Mateo ese es mi asiento!— gritó la chica hacia el chico que estaba sentando en el fondo del todo.

El pasó a ignorarla, mientras tanto yo debatía que asiento agarrar.

Para mi suerte apareció uno de los chicos que conocía.

—Que onda amiga.

—Hola negro, todo bien?

Yo le decía negro a Román, porque era negro, no hay mucha explicación, pero nos llevábamos bien, lo conocía del club.

—Si, si, vos como andas?

—Tratando de buscar lugar, ¿me puedo sentar con vos?

—Se sienta el pelado conmigo, pero si queres nos metemos unos bancos en la fila de atrás y listo.

—¿Se puede hacer eso?

Román levanto los hombros y soltó una sonrisa, para luego agarrar unos bancos de adelante y meterlos atrás del todo en la fila del medio.

—Gracias loco, me moría si me tenía que sentar adelante del todo o sola.

—Si, yo estaba en la misma.

Román entro a principios de año a esta escuela, también tuvo que pasar por esto. Pero ya se lo veía bastante acoplado.

Me senté en mi nuevo lugar y observe al resto.

La chica y "Mateo" seguían discutiendo por el lugar, y finalmente ella agarró la mochila de el y la tiró a otra parte.

El chico con cara de odio agarró sus cosas y se movió a tercer fila ocupando un asiento solo del medio.

Que pillo lo dejaron, yo ni en pedo daba mi lugar si me lo sacaban así.

La clase siguió haciendo ruido por mas de que ya hubiese entrado la profesora acompañada de lo que creo que era un tutor.

—Hola chicos, tomo asistencia... Arrevalos...

—presente.

—Acosta.

—Acá.

Los nombres pasaban y disimuladamente veía cada persona para intentar conocerlos o acordarme sus nombres.
La fila en la que estaba era predominada por mujeres, y un par de chicos al frente.

Parecían ser copadas, hablaban sobre temas de la escuela o boludeces inocentes, de un lado de la fila osea la otra fila estaban el grupito de chicos tinchitos y acopladas el grupo de chicas que hablaban exageradamente fuerte, y la rubia que le sacó el lugar al otro chico.

La otra fila a mi otro lado parecia la fila de los marginados.

La mayoria en silencio, con el celular o dibujando bancos...

—Palacios...— nadie respondió. —Palacios?

El chico levanto la cabeza del celular y respondió al tutor.

—Dejá el celular Mateo, ya estas en horario de clase.

Atrás de el habían dos chicos, uno grandote y un bien bien flaco, hablando entre ellos, daban vibras de emo/rockstar. Una onda duki en su época sad o que se yo.

El tutor dio por finalizado la lista, mi nombre no apareció.

—Bueno como la mayoría puede ver, tenemos una compañera nueva, hagánla sentir bienvenida todos.

Algunos se dieron vuelta a mirarme, de curiosos supongo, pero nada del otro mundo.

Al rato se olvidaron de la novedad y la profesora empezó a hablar. Era de Bioquímica.

Nunca fui muy dedicada con la escuela, pero tampoco quiero que me vaya mal, iba a tratar de tener una buena calificación este año.

La hora y media pasó y toco el timbre de recreo.

Algunos salían del aula, otros se quedaban y entraban de otros cursos. Me mareaba ver tanta gente.

Román se puso a hablar con las chicas de nuestra fila.

También me integraron, me preguntaron que de que escuela venía, mi nombre, cosas básicas.

El grupo de chicas gritonas entro de nuevo al aula, esta vez con una chica más.

No pude evitar admirarla, era muy hermosa.

Me dio algo de envidia, soy un poco vanidosa, si no tengo la cara o el pelo arreglado puedo llegar a ponerme de mal humor.  Sobre todo mi pelo, siempre lo tengo arreglado, osea, llevarlo bien lacio y peinado, hasta ahora no costaba mucho, solo me llegaba a los hombros.

El timbre sonó de nuevo y al rato los demas volvieron cada uno a su aula.

Esta vez era clase de historia, tampoco me disgustaba esa materia.

El profesor empezó a hablar al hilo por media hora entera, comencé a disociar ya a los cuarenta minutos. Sentí una mirada clavada en la cabeza, y me giré a verlo.

Mateo corrió la mirada rápidamente y se hizo el boludo. Son cosas que pasan no?

Yo sin embargo lo analicé un poco más.

Me gustaba como estaba vestido, se veía... bien?

Mi celular vibró e hizo temblar el banco. 

Sonreí al ver el mensaje que había llegado.

Era de mi novio.

Buenas jaja

Les tiro algo que si les soy sincera, se me ocurrió hace dos dias.

No les prometo nada, pero espero que les guste🫶🏻

Mejores Amigos ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora