Capítulo 03

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El interrogatorio en la comisaría avanzaba con un aire tenso. Gustabo, con expresión firme, se acercó a Emily, quien mantenía un silencio desafiante.

—Habla, Emily. No creas que salirte con la tuya anoche te exime de las consecuencias— amenazó Gustabo, remangándose la camisa, revelando sus brazos tatuados.

Emily, aunque intentaba resistir, soltó un suspiro apenas audible ante la visión de los tatuajes, aceptando en silencio la atracción que le causaban.

—No podrás intimidarme con tus miradas.— respondió Gustabo, acercándose cada vez más al rostro de la joven, intentando asustarla.

Emily, sin inmutarse, inspeccionó el rostro marcado por quemaduras del inspector. Una duda fugaz cruzó por su mente, pero decidió guardar silencio.

—Crees que puedes salirte con la tuya, ¿verdad? —Gustabo se aproximaba aún más, intentando acorralar a Emily.

Ella, con una mirada desafiante, finalmente rompió su silencio.

—Conway estaría interesado en saber que el valiente inspector Gustabo participó en una de nuestras carreras ilegales. Eso no solo mancharía tu imagen, sino también la de toda la policía. ¿Estás dispuesto a arriesgar eso?

Gustabo, un tanto cansado, dejó escapar un suspiro. La idea de que su "secreto" saliera a la luz lo inquietaba, y, cediendo a la presión, decidió liberar a Emily y a Armando.

—Váyanse, pero que no los vuelva a encontrar en esto. —advirtió, mostrando un gesto de frustración.

Emily se marchó, dejando a Gustabo confundido sobre cómo había caído en su juego. La atracción y la intriga crecían en el inspector, quien no entendía cómo esa chica había logrado desestabilizarlo.

•••

En el auto, Armando, confundido, no pudo evitar preguntar. —¿Cómo lograste sacarnos de esta mierda? ¿Te acostaste con Gustabo?

Emily, con una sonrisa astuta, confesó. —Noté lo tenso que estaba Gustabo y simplemente lo utilicé a mi favor. Parece que el inspector tiene sus propios secretos.

Al llegar a casa Emily se despide de Armando. — Es tarde debes estar cansado, ¿quieres pasar? Así descansamos un poco.

El agradecido le responde. —Gracias, pero prefiero descansar en mi casa.

Armando se despide, pero antes de irse, menciona.

—Oye, Emily, este viernes habrá una fiesta en el Vanilla. Iremos todos los mecánicos ¿Te apetece ir con nosotros?

Emily, con una sonrisa, acepta. —Suena bien, necesito distraerme un poco.

•••

El viernes por la noche, después de una semana agitada, Isidoro observó a Gustabo concentrado en su escritorio.

—Gustabo, estás hecho un manojo de nervios. Necesitas relajarte un poco. ¿Por qué no vienes a la fiesta en Vanilla esta noche? Será la hostia.

Gustabo, inicialmente reacio, suspiró y finalmente cedió ante la insistencia de su compañero Isidoro.

—Está bien, pero solo por un rato. Tengo mucho trabajo pendiente.

Isidoro sonrió triunfante. —¡Perfecto! Te prometo que te divertirás.




𝐓𝐲𝐩𝐚 𝐆𝐢𝐫𝐥 ; Gustabo GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora