Akk había tardado dos horas de reloj para decidir qué se pondría en su cita con Ayan. Al final acabó eligiendo unos jeans con grandes rotos en las rodillas, un gran jersey de lana gris y unas gafas de montura redonda. Llegó diez minutos tarde. Corrió desde su casa, hasta doblar la esquina del cine y detenerse en seco. Ayan ya estaba allí, esperándolo apoyado contra el muro de ladrillos. El Sol se reflejaba en su cabello castaño y arrancaba destellos de su piel canela. Vestía unos ajustados pantalones negros y una camisa blanca que le quedaba demasiado grande. Akk sonrió, era demasiado hermoso.
Caminó hacia él, intentando normalizar su respiración tras la carrera. Tenía miedo de que el omega estuviera enfadado por su retraso (el del tiempo), pero, cuando sus miradas se cruzaron, él sonrió, y fue la sonrisa más bonita del mundo.
- Siento llegar tarde.
- No importa, la película empezaba a y veinte. Aunque tendrás que compensarme por dejarme sin palomitas, no tenemos tiempo para comprar.
Akk asintió, realmente aliviado porque el omega no se hubiera enfadado con él, no quería cagarla en su primera cita. Su primera cita, qué bien sonaba aquello. Esperaba que fuera también la primera de muchas.
Se dirigieron a comprar las entradas, les atendió un simpático beta que no dejó de sonreír a Ayan en ningún momento. Hoseok frunció el ceño.
- Aquí tienes tu cambio, lindo. - Dijo el chico y le guiñó descaradamente un ojo.
Akk sintió su pecho vibrar en un suave gruñido. Él no era así, era una persona alegre y tranquila, los celos no iban con él, pero con Ayan...era diferente. Había salido con otros omegas antes, omegas verdaderamente hermosos, pero ninguno se acercaba mínimamente al de sonrisa coqueta y manos finas.
Ayan rió suavemente, aquel gruñido no le había pasado desapercibido. Akk no dijo nada, pero él sabía que estaba celoso. Le pareció adorable. Cuando el cajero le dio las entradas, se giró y se puso de puntillas para dejar un casto beso sobre la mejilla del alfa.
- ¿Vamos, cariño?
La cara de Akk no tuvo precio. Boqueó como un pez fuera del agua y abrió los ojos en desmesura. Si no hubiera sido porque Ayan le cogió la mano y tiró de él, se habría quedado clavado en el suelo, bloqueando la cola. Pero feliz, muy feliz. No le preguntó porqué lo había hecho, el cálido cosquilleo que le recorría la mejilla allí donde los suaves labios de Ayan se habían posado le impedía pensar con claridad. Lo único que tenía claro, era que quería que se repitiera.
Cuando entraron a la sala, los tráilers ya habían empezado. Se acomodaron en silencio y esperaron a que diera comienzo la película.
Ayan parecía verdaderamente un fan de la saga. Se reía cuando tenía que hacerlo y se emocionaba en las peleas. Cuando Optimus Prime estuvo a punto de morir, agarró el brazo de Akk y ya no volvió a soltarlo en toda la película. Akk no se enteró de nada. Solo podía contemplar embobado las reacciones del omega, con una imborrable sonrisa estúpida en la cara.
- ¡Ha sido impresionante! ¿Has visto cuando ha cogido ese camión y lo ha lanzado? Y todo ha hecho ¡pum!
Ayan tendía a gesticular mucho cuando hablaba de algo que le gustaba. Saltaba emocionado al lado de Akk, que solo le miraba con ternura.
- ¿Cuál ha sido tu parte favorita?
- Tú. - Dijo con sinceridad.
Ayan se sonrojó y dejó de saltar. Comenzó a caminar a un lado de Akk, mirándose tímidamente los pies. El alfa sonrió, acababa de descubrir que le encantaba ver a Ayan avergonzado. En un arranque de valor, se atrevió a sostener la mano del omega. Ninguno dijo nada, los latidos de sus corazones hablaban por ellos.
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Intocable. [ForceBook Adapt.]
FanfictionTras meses de silenciosa observación, ¡llegó la hora de pasar a la acción! Gun es el alfa más temido y respetado en todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello oscuro y mejillas regordetas. ¿Será capaz de dar un p...