Cuando los dos chicos se marcharon de la sala, los susurros y cotilleos no se hicieron esperar.
- Dios mío, ¿has olido a ese omega? Seguro que ha entrado en celo.
- Es lo más dulce que he olido nunca, ¿crees que aún estará por aquí cerca? Podríamos ir a buscarlo...
Un fuerte rugido acalló a los dos alfas, que hablaban en la fila de atrás.
- Vámonos de aquí. - Bramó Gun, haciendo su mayor esfuerzo por no girarse y arrancarles la cabeza a aquellos que se habían atrevido a hablar así de Cher.
Akk asintió y los dos alfas abandonaron el cine.
- ¿Qué narices acaba de pasar?
- Ha entrado en calor.
Gun aún sentía cada nervio de su cuerpo en tensión. Su bestia interior le rugía, exigiéndole que fuera en busca de su omega y pasara su calor a su lado, que lo reclamara como suyo y que no se separara nunca de su lado. Con un gruñido, golpeó la pared más cercana, sobresaltando a todo el que pasaba por allí.
- Ey, Gun, ¿Qué te pasa? - Preguntó Akk preocupado.
- Quiero...necesito verlo. - Dijo entre dientes.
- ¿Y por qué no vas a buscarle?
Gun rió amargamente.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Por qué iba a querer Cher pasar su calor conmigo?
Akk rodó los ojos.
- Eh...¿Por qué le gustas? Duh.
Gun miró a su amigo como si acabara de decir la mayor locura de la historia.
- No digas estupideces.
- ¡Oh, vamos! ¡Solo le faltaba subirse encima tuya ahí dentro! Ayan y yo no nos lo creíamos. Y, hablando de Ayan, ¿tienes su número de...
- Solo estaba actuando guiado por su calor.
- Pues yo creo que estaba deseando que lo marcaras.
- ¿¡Estás loco!? Nunca le haría eso a Cher.
- ¿El qué? ¿Marcarlo? ¿Qué tan malo podría ser?
- Él es un omega dulce y jodidamente brillante, es la persona más inocente y alegre del mundo y no hay manera de que quiera estar amarrado a mí de por vida. No importa lo enamorados que estemos mi lobo y yo de él, nunca me perdonaría. Cada vez que estamos juntos, la gente nos mira como si fuéramos de otro planeta, y susurra. Yo sé lo que es ser el centro de los comentarios, el foco de las miradas de desprecio, que la gente se invente mierda sobre ti; pero él no. Él es demasiado bueno para eso, demasiado bueno para mí. No pienso exponerlo a las habladurías de la gente.
- ¿Desde cuándo te importa lo que digan los demás?
- ¡Yo solo quiero protegerlo, Akk!
Gun sentía su pecho subir y bajar acelerado, la respiración pesada y sus puños tan apretados que estaba comenzando a sentir las uñas atravesándole la piel de la palma de las manos.
Akk suspiró, no tenía remedio.
- Mira, eso es una decisión muy personal, pero estoy seguro de que estáis destinados a acabar juntos. No dejes que los demás jodan tu felicidad.
Los dos alfas no volvieron a hablar mientras regresaban a casa, ni siquiera en el trayecto en autobús. Se despidieron en la parada y cada uno tomó su camino.
Quizá parecía una estupidez, pero él había visto a Cher relacionarse con la gente. Era una persona sociable, con muchos amigos y un sinfín de admiradores. Él simplemente no podía arrebatarle todo eso. A él le temían, las personas se alejaban, estaba acostumbrado a estar solo. Akk era la única persona que siempre había permanecido a su lado cuando ni siquiera sus padres estaban ahí para hacerle compañía y, de repente, llegó Cher. Había pasado meses observándole en silencio, ahogándose en un amor silencioso y totalmente platónico, cuando el destino quiso que sus caminos se cruzaran. Cher era un ángel, de eso estaba seguro. El pequeño omega había sabido ver más allá de los rumores y las leyendas urbanas, atravesar su fachada de indiferencia y odio a la humanidad y penetrar en su helado corazón. Lo amaba, joder si lo hacía. Y, por eso, no podía marcarle. Cher era como un ave exótica, demasiado especial para ser encerrada en una jaula. Y Gun era la jaula más oxidada de todas.
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Intocable. [ForceBook Adapt.]
FanfictionTras meses de silenciosa observación, ¡llegó la hora de pasar a la acción! Gun es el alfa más temido y respetado en todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello oscuro y mejillas regordetas. ¿Será capaz de dar un p...