Hao estaba en su oficina aquella mañana, su traje a la medida se ajustaba a cada parte de su cuerpo de manera perfecta, el sol entrando por la ventana iluminando los papeles sobre su escritorio y el café recién traído por su secretaria, dejaba un exquisito olor a cacao en el ambiente. Todo era perfecto, justo como debía ser. Todo menos la mente de Zhang que seguía viajando al viernes anterior, cuando un adolescente hormonal, porque no había otra palabra, lo hizo tener una erección en el sofá de su socio.
La imagen de Doyoung comenzó a volverse un tipo de pesadilla que lo seguía a todos lados. A tal punto de evitarlo en el edificio del buffet. Sentía que apenas podría soportarlo durante la tarde cuando se reunieran en su casa, no quería gastar su buena suerte horas antes.
Miró el reloj colgado al otro lado de la habitación deseando que el tiempo viajara lento aquel día.
Claramente Dios no le cumpliría ese milagro.
"No he visto a tus hijos hoy" Zhang se odió a él mismo por hablar en plural cuando su mente solo quería saber por el mayor de ellos. Sin embargo, preguntar por uno en específico sería raro, incluso para un Doyoung que no veía maldad en la gente que quería.
"Están en un evento escolar, deberían llegar en unas horas" Hao asintió, dejando escapar el aire que había contenido en sus pulmones. Regresó su atención a los documentos regados sobre el comedor de los Sung, decidido a adelantar su trabajo lo más que pudiera.
El silencio entre ambos adultos era agradable, hablaban solamente cuando era necesario, complementándose las ideas que tenían sobre cómo abarcar el caso y dejando sugerencias para el resto del equipo de trabajo que revisaría sus escritos unas horas después. Zhang estaba agradecido de no tener a Sung Hanbin merodeando a su alrededor como una molesta, pero muy bonita, abeja.
"Hemos llegado, cariño" Sung Doyoung dejó su puesto frente a él y fue a recibir a su familia. Zhang se obligó a mantener su atención en los papeles, capaz si se quedaba quieto, Hanbin no notaría su presencia.
"Oh, Sr. Zhang" la sonrisa con bigotes de Hanbin estaba justo enfrente de él. Tan pronto escuchó su voz, le fue imposible no levantar la mirada y encontrarse con su lindo rostro. Doyoung lo mataría si supiera lo que pensaba sobre su pequeño hijo y sus bonitos hoyuelos de gato.
"Joven Sung" una respuesta cortés. Hao se sentía bien con su comportamiento lejano, pero amigable. Hanbin no le pareció suficiente.
Mirando sobre la cabeza de Zhang confirmó que nadie les estaba prestando atención antes de llevar su mano a uno de los bíceps del mayor y apretarlo levemente, sonriendo con diversión al ver la reacción del otro. Nervioso y asustado. "Hablemos en su auto después"
Como era habitual, Sung desapareció tan rápido como había llegado. Dejando a Hao desconcertado y pensando en irse un taxi esa noche. Por su propia seguridad.
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Cross the door 🚪!
Fiksi PenggemarHanbin se cruza de brazos, rechazando cualquier argumento lógico que salga de los labios de Zhang. "Es ilegal, inmoral, traición hacia tu padre y no sé que otras cosas más" Hanbin suspira un poco cansado "No es ilegal" "¿Es lo único que escuchaste?"...