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Todo inició una tranquila mañana, en el dormitorio que compartían los cinco miembros de ONE PACT.

Jongwoo se despertó con pereza, estirándose en un intento de luchar contra los que quedaba de su cansancio. Había dormido como una roca después de un día duro de prácticas con los chicos, ¿en qué momento se había vuelto de mañana ya? Frunció el ceño cuando el sabor a muerto se expandió en su boca, haciéndolo chasquear su lengua con disgusto. No quería levantarse aún, pero prefería eso antes que seguir un segundo más con ese asqueroso sabor en la boca.

—Tocará... —se levantó de la cama con lentitud, temblando ligeramente cuando su torso desnudo chocó contra el aire frío que corría en el dormitorio. Tenía la costumbre de dormir usando sólo unos shorts, tanto para evitar ensuciar ropa como para mantenerse fresco, especialmente en verano. Ya en otoño volvía a las pijamas usuales, y ni hablar de lo que usaba en invierno, pero esa era historia para otro momento.

Inició su camino al baño mientras se sobaba un ojo, intentando quitarse una legaña que evitaba que abriese sus párpados completamente y bostezando para vencer la modorra. Soltó una risa seca, estaba seguro que si AndHeart viese su aspecto matutino, ONE PACT perdería fans a una velocidad increíble. No es que se viese necesariamente mal, pero la diferencia con el Jongwoo en el escenario era notable. Probablemente era así con cada idol en Corea, y en el mundo entero.

Entró al baño y prendió la luz al tiempo que soltaba un gruñido, rascándose la cabeza y mirando su rostro en el espejo. Como lo pensaba, no se veía tan desastroso como creía, seguía siendo guapo incluso recién levantado, pero una lavadita de cara no le vendría mal. Abrió el caño y se agachó para echarse agua al rostro, suspirando con gusto al sentir la frescura en su piel, sintiéndose más despierto. Aunque esa pequeña felicidad se acabó cuando el agua comenzó a mojar su cuello, cayendo en gotitas sobre sus hombros. No le dio mucha importancia y pasó una mano húmeda por su cabello, peinándolo para atrás. Se miró al espejo, sintiéndose un poco más decente, pero aún tenía que lavarse los dientes. No soportaba un segundo más con esa sensación de que un animal se había muerto en su boca.

Estaba a punto de agarrar su cepillo dental cuando escuchó pasos en el pasadizo y, casi de inmediato, un sonido de sorpresa. Volteó su cabeza con rapidez, alarmado, solo para encontrarse con Jay parado en el marco de la puerta. Todavía estaba usando su pijama, así que probablemente se había levantado hace poco, y estaba tapando su rostro al tiempo que miraba al coreano con ojos redondos. Ver a su novio relajó a Jongwoo un tanto, sus hombros tensos cayendo con rapidez y una sonrisa perezosa apareciendo en su rostro. Ignoró la cara de sorpresa de Jay, su mente enfocándose únicamente en el hecho que tenía a su amado ahí mismo.

—Buenos días, amor~ —canturreó al tiempo que agarraba una toalla para secarse un poco antes de ir a abrazar a su novio, apoyando su mentón encima de la cabeza del vocalista y depositando un tierno beso en ella. —¿Qué tal dormiste, eh? ¿No te quedaste despierto hasta muy tarde?

—N-no, dormí temprano, hyung. —la voz de Jay sonaba algo amortiguada por la cercanía con el cuerpo de Jongwoo, pero no pasó desapercibida la manera en que sus palabras temblaban.

—¿En serio? Eso es bueno, cariño. —rompió el abrazo con una sonrisa en el rostro, pero pronto su expresión se volvió de sorpresa al ver que el rostro de Jay estaba cubierto de un fuerte sonrojo, sus pupilas totalmente dilatadas. Esto preocupó de inmediato al rapero, ¿su novio estaba enfermo acaso? Había estado comiendo mucho helado últimamente, capaz si... —¿Eh, Jay? ¿Estás bien? Estás todo rojo, ¿tienes fiebre?

Antes que Jay pudiese decir algo, Jongwoo apoyó su frente contra la de Jay, tal cual hacía su mamá con él cuando era pequeño, tratando de descifrar si estaba más caliente de lo usual o no. Pero lo único que logró hacer fue que el estadounidense soltase un sonido ahogado y se separase de él con rapidez, mostrando estar más nervioso que nunca.

—¡N-no me pasa nada, estoy bien! En realidad tengo que... ¡regar las plantas! ¡Sí! Ya sabes, sino se van a secar y... —se mordió el labio y miró hacía otro lado, luciendo algo avergonzado. —¡Nos vemos en el desayuno, hyung! —y salió corriendo sin darle chance a Jongwoo de responderle. El coreano se quedó parado en el baño, una expresión de desconcierto en su rostro.

—¿Tenemos plantas en el dormitorio?

algo está mal con jay ☆ jaywooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora