EL MONSTRUO.

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- "...Así lo hizo el lobo y la puerta se abrió. Arrojose encima de la vieja y la devoró en un abrir y cerrar de ojos, pues hacía más de tres días que no había comido. Luego cerró la puerta y fue a acostarse en la cama de la abuela, esperando a Caperucita roja, la que algún tiempo después llamó a la puerta: ¡pam! ¡pam!..."

Y justo cuando mamá dijo aquellas palabras se escucho la puerta de la entrada, esta dio un fuerte estruendo al ser aventada para cerrarse.

- "Malditasea."

Esa era la voz de papá, había llegado a casa. Mamá se levantó sutilmente de la cama evitando despertarme, camino hasta la puerta de mi habitación y la cerró poniendo el seguro.

- "Nunca haces nada bien, maldita perra ¿por qué me case contigo?"

Papá se quejaba de mamá en la cocina, seguro que algo no le había gustado, era lo normal, esto se repetía a diario, día y noche.

- "Ni siquiera sirves para cocinar, mi madre tenía razón, no debí casarme  contigo, pero soy necio. ¡¿En donde mierda estas?!"

Se escucharon pisadas cerca de la habitación, seguro que papá estaba buscando a mamá, mamá por otro lado apretaba el gran libro de cuentos contra su pecho y miraba el techo mientras intentaba evitar llorar.

-"¿Mamá?"

Me desperté, me senté en la cama y frote mis ojos con cansancio.

- "Oh, cariño ¿papá te ha despertado? Vuelve a dormir, venga, te seguiré leyendo un poco más."

Del otro lado de la puerta se escucho un fuerte golpe.

-"Se que estas ahí, deja de esconderte, sal ahora mismo, te enseñare a hacer las cosas bien"

Un nuevo golpe hizo a mamá alejarse de la puerta y caminar temblando hasta la cama, se sentó y observo la puerta con sus grandes ojos totalmente abiertos.

- "Mamá escóndete conmigo bajo las sábanas, si hacemos eso el monstruo no nos podrá atacar, ven."

Levante las sábanas y metí mi cabeza dentro de ellas esperando a que mamá me siguiera, ella me miró y soltó un pequeño sollozo.

- "No es un monstruo, cariño, solo es papá."

- "No ese no es papá, ese es un monstruo y quiere atacarnos, pero no te preocupes, yo te voy a cuidar, nada malo te pasará, tranquila mamá."

Solté las sábanas y me acerque hasta ella para poder abrazarla y, según yo, de esa manera poder cuidarla de aquel monstruo.

"SOMBRAS EN EL HOGAR" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora