"Clic, clic, clic"
Era lo único que sonaba en su cabeza, o bueno, era lo único que creía poder oír. Las malditas horas extras lo estaban matando, si es que no sonaba exagerado, pero la calma de la oficina por alguna razón lo ayudó con el estrés del momento... Estaba en completo silencio, solo él, la brisa fresca, que casi podía darle un escalofrío por la piel, la decoración de la oficina, y no olvidar el brillo de la pantalla, que casi diría el mismo que le jode la vista.
Sus ojos parecían más muertos que vivos, claro, suena como un chiste, ya que literalmente su cabeza es un maldito televisor, pero por favor, igual hay que admitir que incluso hasta al mismo lucifer le jodería tener que soportar tanto brillo radial que provenía del aparato, la pregunta es, porque está haciendo horas extra? Simple, porque no quiere volver a su casa y porque tiene que terminar el trabajo editado que le dejaron los superiores para el programa de TV de mañana, maldición, Vox podría confirmar ahora mismo que todo esto estaba siendo una mierda y si ahora mismo le preguntaran si prefería quedarse pegado a trabajar tan tarde o estar en su "dulce hogar" mandaría las dos dudas a la mierda y le escupiría en la cara a quien pregunto.
—maldición— renegó, sus labios estaban secos, no había bebido ni un solo trago de agua desde que posó su trasero en la silla para trabajar, mierda.
Solamente quería tirarse en algún bote de basura y dormir si era posible. El volver a su casa no era una opción, nunca lo era en realidad y jamás lo sería.
¿Pero por qué?, ¿por qué no quería volver a su casa? Tal vez ahí se encontraba con algo que no quería lidiar, algo que el mismo quería evitar, pero le era casi imposible, algo que en sí se tragaba todas sus energías y lo consumía lentamente hasta acabar casi sin ganas de despertar y eso mismo era su novio, Valentino. Siempre discutían a la hora de llegar, ya que el nombrado solía reclamarle el porqué tardaba más de un minuto en llegar a la casa o porque no contestaba el teléfono y si Vox le pudiera ser sincero, le diría que simplemente no quiere verlo a él, pero jamás le diría eso a su novio. Valentino desde siempre controlaba sus horas de llegada y salida del trabajo, sus horas de descanso u horas extras, nunca tenía ni un minuto qué no supiera donde estaría o a que hora estaría siempre ha sido así, cosa que a Vox le mata por dentro, ya que por más que rogara nunca Val le permitirá quedarse más tiempo en un lugar.
En eso, justo el nombrado hizo su presencia llamando al teléfono. Vox se puso nervioso, sus manos sudaban y podría jurar que sintió cómo sus ojos empezaban a ponerse borrosos, como si su vista ya no funcionara de momento. Estaba aterrado, se había dado cuenta de que tardó más de lo acordado sobre el tiempo con el trabajo; habían pasado más de veinte minutos de la hora acordada y en estos momentos estaba a punto de enfrentarse a la maldición a la cual se ató el mismo.
—¿Hola?—dijo, había contestado el teléfono con las manos temblando y el sudor recorriendo cada extremo de su rostro y cuerpo.
—¿cariño, te das cuenta qué hora es? Habíamos hecho un acuerdo Vox. Te dije que te quería aquí en casa antes de las diez, ¿crees que puedes mentirme y encima no cumplir lo que dijiste?—comentó el nombrado soltando un suspiro.
—l-lo lamento, Val, se me pasó más de lo que debía el proyecto, no creí que tardaría tanto y- —fue interrumpido por el otro.
—la excusa que quieras no me importa; teníamos un acuerdo perfectamente hecho y tú no lo cumpliste, así que ahora mismo te quiero ver aquí si no quieres que se repita lo de la última vez—. sonó firme y a la vez sombrío. Vox podía jurar que sentía cómo sus ojos empezaban a lagrimear.
—Está bien... Iré enseguida ——. Después de lo dicho, se formó un silencio incómodo entre ambos en donde solo se podían escuchar los suspiros del otro; Vox ya estaba sintiendo desesperación.
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𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 {ᴠᴏxᴠᴀʟ}
De TodoVox suele ser atento con su al rededor y apreciar la belleza de cada cosa que ve, en especial la de las flores, pero su mirada va dedicada más hacia las rosas, ya que estás captan su atención de una manera tan cautivadora y es que son tan bellas ade...