𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 {ᴠᴏxᴠᴀʟ}

𝘿𝙞𝙜𝙖𝙨 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙞𝙜𝙖𝙨, 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙨.

Las luces se colaban por la ventana dando indicios del amanecer; La habitación estaba en silencio, casi ningún sonido se hizo presente en esta solamente se podía oír la brisa del viento y las luces titubeando, parecía casi vacío, claro, excepto por alguien que se encontraba totalmente destrozado y ese era él. Se encontraba acostado casi en posición fetal, acurrucado entre las sábanas mientras miraba a la nada. Había llorado demasiado, casi no recuerda cuantas horas llevaba así, simplemente lloraba cada que podía, pero de la nada había parado, como si su cuerpo le estuviera diciendo "basta", como si su sistema ya estuviera cansado de tanto desperdicio, de lágrimas, ja… Ahora su cuerpo se hartó de él mismo que divertido.

Vox se encontraba completamente inmóvil, casi ni se atrevía a mover un dedo debido a todo lo que sentía en el momento y que cada momento que intentase hacer algo su mente lo atacaba por todo lo que paso la noche anterior, "Val, llamada, noche, Val, llamada, noche" Era lo que sonaba en su subconsciente con miles de dudas mentales, como por ejemplo el porqué. ¿Por qué Val le había hecho tal cosa?, ¿Por qué se sentía tan vacío?, ¿Por qué mierda le pasa esto a él?, ¿Por qué? ...no entendía nada en esos momentos, solamente quería hundirse en su miseria y que las sábanas de la cama se lo devoraran.

De por sí sabía que Val podía ser capaz de muchas cosas, siempre selo ha demostrado mil de veces, pero nunca en su mente se imaginó una cosa así, su mente no estuvo preparada para enfrentar un momento como este en donde su novio se iba y se acostaba con alguien más.

" Es tu culpa"

Sonó de repente en su mente, claro, él tenía la culpa de ser insuficiente para Val, era lo más lógico, pero ¿qué tenía de malo él?, bueno, no se consideraba el ser más bello del mundo demoníaco ni tampoco el más feo, tenía cabeza de televisor literalmente, pero no creía que fuera ese el problema. Tal vez era su cuerpo, ¿Era demasiado delgado? O ¿era demasiado gordo?, ¿Qué era lo que Val no gustara de él?, mierda, se sentía del asco esto de dudar de sí mismo, lo sabía, pero no podía evitar dudar de sí mismo después de ser testigo de lo que paso por esa llamada, no podía borrar esas palabras que le decía la chica a su novio y como este se lo restregaba en la cara, justo cuando todo iba bien siempre tenía que pasarle algo malo; ni siquiera pudo disfrutar su llamada con Velvet.

Mierda, cierto, Velvet.

Se había olvidado por completo de llamarla con todo lo sucedido, incluso había apagado su teléfono, dios, qué mal amigo aparte de novio era. Velvet seguro estaba preocupada y el inundado por sus estúpidos pensamientos. Se sentó y dejo de lamentarse un momento. Tal vez él podía sentirse del asco en ese momento, pero no iba a preocupar a su amiga ni mucho menos causarle un sentimiento negativo, Velvet era lo más preciado que él tenía en esos momentos y no iba a hacer que su amiga pase un mal rato por su culpa así se dispuso a prender el teléfono y avisarle a su amiga que estaba bien. Efectivamente, su teoría fue correcta, Velvet lo inundó de mensajes de preocupación, eran casi como más de treinta, la mayoría decían "Vox, ¿estás bien?", o si no eran de "Cabeza de televisor contéstame o te voy a robar el tanque de gas y armarte el peor drama de tu vida si no me dices que estás bien", pero bueno así era Velvet, rio un poco ante eso y contesto, le hizo sentir un poco mejor olvidarse un rato de lo sucedido.

Pero su paz fue corta, ya que en la bandeja de mensajes se encontraba uno que era de Val. Sus manos temblaron, no quería revisar lo que el mayor le habrá dicho, se sentía horrible y solo recordarlo le hacía sentir del asco y querer vomitar así que apago el dispositivo de vuelta y se volvió a acostar reposando su cabeza en la almohada cerrando los ojos tratando de conseguir el sueño, ya que no había dormido casi nada ayer y solamente quería olvidar todo para poder descansar.

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— Si pudieras cambiar algo de ti, ¿Qué sería?—. Pregunto Vox de manera tranquila a su acompañante. Ambos se encontraban sentados en columpios de un parque viejo, casi sin gente.