En los Callejones de Buenos Aires

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En los callejones de Buenos Aires, el tango resuena,
con su cadencia ardiente, con su pasión plena.
Es un susurro de nostalgia, un eco de emociones,
que despierta en el alma viejas sensaciones.

El bandoneón llora su lamento melancólico,
mientras los bailarines se abrazan en un gesto simbólico.
El tango es un puente que une el pasado y el presente,
una danza que cuenta historias, que nunca se desvanece.

En cada compás, se siente la intensidad del sentimiento,
en cada paso, se plasma el drama y el sufrimiento.
Es una oda a la pasión, a los amores perdidos,
una expresión del alma, en los corazones latidos.

El tango es un poema que se escribe con los pies,
en sus giros y en sus quebradas, se reflejan los deseos.
Es un encuentro entre dos almas, en la penumbra de la noche,
donde el mundo se detiene, y solo existe el derroche.

En los bares y en las milongas, el tango es rey,
con su ritmo envolvente, con su magia sin buey.
Es un canto a la vida, con sus altos y sus bajas,
una danza que celebra la belleza y la desgracia.

Que el tango siga resonando en cada esquina de la ciudad,
en cada corazón que late al ritmo de su verdad.
Es una oda al amor, a la pasión, a la vida misma,
una melodía del alma que nunca se extingue, que nunca se anima.

POEMARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora