Doce

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Mis manos se cierran en puños al escuchar los reclamos de mi padre, aun no comprendo porque mamá le permitió venir en estos momentos, un momento en el que no soy fuerte y me siento destrozada

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Mis manos se cierran en puños al escuchar los reclamos de mi padre, aun no comprendo porque mamá le permitió venir en estos momentos, un momento en el que no soy fuerte y me siento destrozada

Soy una madre que a perdido a uno de sus hijos, una que con todo el dolor de su corazón esta por cepultar el ataud de un pequeño que llevo en su vientre, un pequeño que miro crecer y amar de forma incondicional

Y pensar que en poco tiempo Aidan cumpliría cinco años junto a su hermano, en lugar de eso lo veo en un ataud pequeño que me rompe el corazón. Él era fuerte, era un niño tan dulce y lindo que se merecía todo lo bueno en esta vida...y me lo arrebataron

–Mira lo que provocan tus estupideces –continua hablando mi padre, con ese tono tan grotesco que hace añicos mi corazón– Desde un principio te advertí que ese maldito no era bueno para ti, pero te aferrabas tanto a él porque según tú lo amabas mucho ¿así te demuestra su amor?

–Alan, es suficiente –lo reprende mi madre– No es el momento de hacer reclamos y juzgar a tu hija

–¿No es el momento? para Sarah nunca fue un buen momento, ella eligió esta vida cuando nosotros le dabamos todo y mira lo que paso, por no escuchar a su padre

Sus palabras dejaron de escucharse en mis oídos, porque todo se detuvo a mi alrrededor y me quede con la vista fija sobre Aiden, había despertado de su siesta en el coche

Sus ojitos estaban enrojecidos de tanto llorar, parecía buscarme pero Jacob lo detuvo tomándolo de los hombros, mi pequeño de solo verlo se aterrorizo, pude ver el miedo en su mirada y el desesperó que tenía por irse lo más lejos posible de su padre

Y eso fue suficiente para mi, no quería que Aiden también sufriera más y se aterrorice por él, no podía perdonarme si dejó que Jacob siga en nuestras vidas. Hacer eso sería el mayor error que pudiera cometer ahora

–Hija –escucho como me llama mi madre, pero yo ya e empezado a avanzar hacia Jacob– Cariño, espera...

Tanto ella como mi padre me llamaban, sin embargo seguí mi camino, esquivando a las personas hasta llegar con Aiden. La mirada de Jacob fue de inmediato hacía mi, mostrándome esa mirada triste, una mirada que ahora descubrí lo falsa que era

Tan falsas como el seudónimo con el que me llama ahora

–Amor...

–Ven tesoro –ignore sus palabras para inclinarme hacia mi hijo, quien de inmediato se aferro a mi y lo cargué en mis brazos

–Mami, él me da miedo –lo escucho susurrar sobre mi cuello, notando el temblor en su voz cuando me lo dice y sus brazos se aferran a mi cuello

–Lo se –susurró bajo y beso su cabeza– pero mami esta aquí y ya no dejaré que te hagan daño

–Sarah, mi amor...

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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𝐄𝐥 𝐓𝐫𝐞𝐧 𝐃𝐞 𝐏𝐚𝐫𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora